08 enero 2009

El amante del amor: el sexoadicto romántico

L'homme qui aimait les femmes. Francia, 1977.

Director: François Truffaut

Guionistas: Michel Fermaud, Suzanne Schiffman y François Truffaut

Intérpretes: Charles Denner, Brigitte Fossey, Nathalie Baye, Nelly Borgeaud

Temáticas de interés
: promiscuidad, sexo esporádico

Sinopsis:

El funeral de Bertrand Morane se convierte en una reunión de todas las mujeres a las que ha seducido, o que le han seducido, según se mire. Ni un solo hombre asiste al sepelio puesto que Bertrand consagró todo su tiempo y su pensamiento a sus amantes. Un flash-back nos cuenta sus últimos meses de vida, en los que se dedicó a contar todas sus aventuras en una biografía, sin saber que el libro sólo llegaría a publicarse de forma póstuma.

Comentario:

La vida de Bertrand tiene una única razón de ser: conocer íntimamente al mayor número posible de mujeres. Su actividad como seductor nunca cesa ni baja la guardia; cualquier ocasión puede ser buena para llevar a cabo una nueva conquista: como en cualquier conquistador, la clave de su éxito en el galanteo es la perseverancia y el no desmoralizarse nunca ante la derrota. Bertrand no busca pareja ni el amor de su vida; tal vez empezó buscándolo al principio pero una vez metido en su espiral de seducción es consciente de que su mayor placer es la curiosidad de descubrir a una nueva mujer y que ninguna es lo suficientemente buena como para dejar de intentar conquistar a las demás. Sin duda a nuestro amigo le gusta mucho el sexo, pero si fuera eso lo único que busca se convertiría en un asiduo de la prostitución como tantos hombres; es la incógnita de no saber a que nueva mujer conocerá a continuación ni de que estrategia empleará para la "caza" lo que llena su vida de emoción.

El comportamiento de Bertrand se consideraría patológico en una mujer (es lo que antiguamente se llamaba ninfomanía) y hoy en día también para un hombre ha perdido gran parte de la aureola romántica con que lo envuelve Truffaut. La adicción al sexo, o más bien a la conquista sexual, menoscaba seriamente la vida social y afectiva del protagonista, que no tiene amigos ni lazos familiares, ya que ello le quitaría parte del tiempo que dedica al ligoteo compulsivo. La película no muestra tampoco ningún interés en la actividad profesional de Bertrand: probablemente se trata de un hombre inteligente que podría haber hecho una mejor carrera si se hubiera centrado un poco más en ella, aunque es de celebrar que su adicción no le impida al menos cumplir mínimamente sus compromisos laborales. En la actualidad, nuestro hombre se serviría sin duda de Internet para sus encuentros amorosos, lo que haría seguramente que sus relaciones esporádicas tuvieran un contenido más puramente sexual. Eso sí, al menos Bertrand tiene muy claro lo que quiere y no sufre engañándose a sí mismo pensando que quiere encontrar el amor de su vida y no lo consigue, ni hace sufrir a ninguna esposa con sus continuas infidelidades, por lo que su búsqueda compulsiva de sexo se convierte en una opción vital, seguramente no la mejor desde el punto de vista del equilibrio emocional pero totalmente respetable.

Escenas destacadas:


  • El funeral de Bertrand se llena de mujeres de todos los estilos. Esta escena más bien onírica, puesto que es difícil enterarse de la muerte de alguien con el que no ha habido más que una relación sexual esporádica, y más difícil aún decidir acudir a su funeral, tiene un aroma felliniano importante y fue homanejada / copiada en un capítulo de la delirante serie Nip Tuck en el que se fingía la muerte del ligón doctor Troy.


Anécdotas:

  • Se presentó a concurso en el festival de cine de Berlín de 1977.
  • Logró tres nominaciones a los premios César para su actor principal y dos de las actrices secundarias.
  • El pleonástico título español, un tanto cursi, elude la cuestión sexual todavía más que el francés, el hombre al que le gustaban las mujeres.
  • Blake Edwards llevó a cabo en 1983 un remake del film protagonizado por Burt Reynolds, que aquí se tituló Mis problemas con las mujeres.
Sobre el director:

François Truffaut era uno de los más temibles críticos de cine en la Francia de los años 50. Desde la famosa publicación Cahiers de cinéma denunció el anquilosamiento que según él sufría el celuloide francés de la época hasta que en 1959 decidió poner sus teorías en práctica. Junto con compañeros de la revista y otros jovenes cineastas, capitaneó lo que se llamó la nouvelle vague, un nuevo estilo de cine más fresco e iconoclasta, que se puede considerar como la presentación en sociedad del cine moderno. Junto con esta mayor apertura, Truffaut se atrevía también a hablar de cuestiones de pareja y sexuales evitando las moralinas en películas como La piel suave o Domicilio conyugal, entre otras.

Enlaces:

IMDB

Miradas

Muchocine

9 comentarios:

Mar dijo...

Ay, no la he visto (Truffaut lo tengo como asignatura pendiente). Muy curioso, un sexoadicto antes de Internet... parece casi material sexual y socialmente arqueológico.

Cordiales saludos.

Dillinger is dead dijo...

Curioso, sí. Internet no ha inventado nada, ha potenciado cosas que ya existían y les ha dado otra forma.

Si tienes Truffaut como asignatura pendiente, pues anímate; aparte de las que menciono yo aquí tiene muchas películas de interés, casi todas las suyas.

Gracias por el comentario y saludos.

Abuelo Igor dijo...

"Muy curioso, un sexoadicto antes de Internet..."

¡Cielos! ¿Cómo se las arreglaba la gente antes?

"El pleonástico título español, un tanto cursi, elude la cuestión sexual todavía más que el francés, el hombre al que le gustaban las mujeres".

Yo creo sin embargo que el título francés (y el inglés) juegan con el doble sentido de "aimer" y de "love". Si "te gustan" o "te encantan" las mujeres, se da por supuesto que no es para jugar al Monopoly. Se supone que Bertrand ama a las mujeres pero también le encanta practicar el sexo con ellas.

Habría muchas cosas que comentar de esta película. Por ejemplo, que el retrato del personaje principal es mucho más positivo y comprensivo de lo que sería en una película de hoy, quizá por "deformación profesional" del propio Truffaut, que también era bastante activo al respecto y tal vez se autorretrató, tal vez por el clima sexual setentero que era menos políticamente correcto que ahora.

Momentos para la historia: ese flash-back infantil con la madre, casi hitchcockiano, que establece en la mente de Bertrand una unión entre la infidelidad, la soledad y el abandono; la que tal vez sea mi escena favorita de toda la peli, aquella en la que llama a la baby-sitter para cuidar a un supuesto bebé y cuando ésta descubre que se trata de un muñeco de plástico, pregunta al protagonista "Où est l'enfant?", recibiendo la inmortal respuesta "L'enfant, c'est moi".

Anónimo dijo...

Seguramente ya la habrás visto, pero por si acaso, te recomiendo Revolutionary Road. No sólo te encantará porque es un psicodrama muy bien hecho, también te podría dar pie a un artículo de este blog.

Dillinger is dead dijo...

Totalmente de acuerdo con Abuelo Igor. Hoy se exige más moralina que nunca en las películas. Cada espectador es mayorcito para formarse su opinión sobre un personaje como este, no hace falta que el autor lo condene de antemano.

Sí he visto Revolutionary road y me ha gustado mucho pese al final facilón y reaccionario marca de la casa en el cine de Sam Mendes, pero me parecería un poco cogida por los pelos para comentarla aquí porque ni el adulterio es el motor de la trama, ni la liberación que busca la protagonista es principalmente sexual ni vinculada a un rol de género, ni el aborto es el tema central. Hay elementos muy típicos de este blog, pero se limitan a aderezar la historia.

Mar dijo...

Se exige moralina y se nos ofrece a cucharadas la versión políticamente correcta de lo que debería ser nuestra sexualidad. Para no tener que pensar y para no tener que plantearnos variantes. Espectadores de encefalograma plano.

Y me meto en el saco, porque en cine y BDSM tengo en ocasiones dudas sobre cómo plantear escenas que no son nada "correctas".

Cordiales saludos.

Dillinger is dead dijo...

Seibra, tu blog precisamente ofrece lecturas alternativas en muchas películas; en algunas el contenido BDSM está claro pero en otras tu punto de vista puede ser un descubrimiento para mucha gente, o al menos puede llevarles a reflexionar. Es lo que intento hacer yo también, por otra parte; sé que mucha gente no compartirá mi visión de la película pero tal vez les lleve a compararla con la suya y plantearse cosas.

Un saludo.

David Cotos dijo...

truffaut era un genio.

Unknown dijo...

Es una propuesta interesante pues la trama en general tiene un buen ritmo cosa que hace que el espectador se mantenga muy atento. Pude verla a través de Hbo Go México y de verdad la pasé muy bien pues me hizo reír muchísimo y estuve todo el tiempo atenta a la trama.