25 noviembre 2006

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar

Everything you always wanted to know about sex but were afraid to ask. USA, 1972.

Director : Woody Allen

Guionista : Woody Allen, basándose en el libro de David Reuben

Intérpretes: Woody Allen, Lynn Redgrave, Gene Wilder, Tony Randall, Burt Reynolds, Louise Lasser

Temáticas de interés : Zoofilia, fetichismo, exhibicionismo

Sinopsis:

Película compuesta por siete cortometrajes, cada uno de los cuales responde supuestamente a una pregunta sobre sexualidad, con lo que el film vendría a ser una enciclopedia sexológica más bien disparatada. Los temas abordados a lo largo de los distintos capítulos incluyen los afrodisíacos, la zoofilia, la frigidez resuelta por medio del exhibicionismo, el travestismo, el proceso fisiológico que lleva a la eyaculación, etc.

Comentario:

Esta película, con uno de los títulos más largos de la historia del cine, se llevó a cabo en plena época de la contracultura y la liberación sexual, cuando las pantallas se llenaban por primera vez de títulos que hablaban y mostraban temas que hasta poco antes habían sido tabú, proliferando también los informes sobre sexualidad y los manuales sexológicos de todo tipo. Woody Allen decidió parodiar y tomarse con sentido del humor y sin ninguna pretensión de rigor ni didáctica toda esta explosión y saturación de información, a menudo falsa y sesgada, sobre sexo. Al margen del tema tratado en cada uno de los capítulos, conviene recordar la ruptura que el personaje habitualmente interpretado por Woody significó en el concepto de masculinidad vigente hasta entonces. El director encarnaba a hombres inseguros, débiles, que trataban de igual a igual a las mujeres en la relación de pareja, y para nada identificados con el macho tradicional: fue el hombre nuevo de los años 70, muy popular entre las feministas que, curiosamente, lo denostarían por misógino veinte años más tarde.

El primer episodio del film y uno de los menos interesantes, ¿funcionan los afrodisíacos?, es un clásico vodevil en el que el buzón de la corte desea a la reina y consigue seducirla mediante un brebaje afrodisíaco, aunque ambos tendrán que consumar su amor sin que se entere el rey (una simbología típicamente freudiana poco sorprendente en un amante del psicoanálisis como Woody Allen: finalmente, el rey-padre al descubrir al bufón-niño con la reina-madre le corta la cabeza en una castración simbólica). El segundo capítulo, ¿Qué es la sodomía? pone de manifiesto el escaso rigor científico del film al no hablar de esta práctica sino de la zoofilia, puesto que es la historia de un médico que se enamora de una oveja. A pesar del tono de comedia, Gene Wilder y su amante bovina protagonizaron las escenas más bizarras y recordadas de la película. A continuación viene ¿Algunas mujeres tienen problemas para llegar al orgasmo?, un homenaje al cine italiano de los años 60 rodado originalmente en lengua italiana: Woody se desespera ante la frigidez de su sofisticada mujer, que no alcanzará el placer hasta descubrir las maravillas del exhibicionismo y el sexo en lugares públicos. En este episodio se parodia el típico concepto machista de la sexualidad, en el que el ego del macho se ve atacado ante la falta de deseo de la mujer: no hay mujeres frígidas sino hombres inexpertos, le dice un amigo al marido desesperado. En este esquema tópico de las cosas, lógico por otra parte en una comedia, no es de extrañar que la solución venga con el también manido cliché de recurrir al fetichismo para mejorar la vida sexual.

Uno de los capítulos más acertados sería el cuarto, ¿son los travestis homosexuales?, que aborda el travestismo en un hombre heterosexual, frente a la confusión habitual que vincula el vestir ropa de mujer con homosexualidad masculina. El fetichismo por la ropa femenina, sobre todo la interior, lleva a algunos hombres a excitarse usándola, como había explicado años atrás el rocambolesco documental Glenn or Glenda de Ed Wood, director que se haría famoso en los años 90 por el biopic que llevó a cabo Tim Burton. Las peculiaridades sexuales se abordan sin complejos en la quinta historieta, ¿Cuál es su perversión?: un ficticio programa sensacionalista, no muy alejado de la realidad actual de la televisión, en el que gente anónima da detalles sobre sus preferencias más extrañas en la cama, en un show que, como suele ocurrir en la telebasura, contribuye a la vez a difundir información sobre sexualidad y al mismo tiempo, paradójicamente, a reforzar estereotipos.

El film acaba con un sexto episodio homenaje al cine de serie B de científicos locos o mad doctors, ¿Son ciertos los descubrimientos de las investigaciones sobre sexualidad?, que parodia la moda de los estudios científicos acerca de las cuestiones sexuales más peregrinas, y por último con el otro fragmento más recordado, junto con el de la oveja, del film: ¿qué ocurre durante la eyaculación?, una especie de Érase una vez la vida de imagen real en la que Woody Allen interpreta a un espermatozoide existencialista y se exponen, muy a grandes rasgos, los procesos de erección y eyaculación.

Escenas destacadas:

  • El médico interpretado por Gene Wilder es pillado in fraganti en la cama con una oveja para escándalo de su mujer. El divorcio es fulminante.
  • El concurso ¿Cuál es su perversión? concluye con el ganador de la semana, un rabino al que le excita ser atado y azotado mientras su mujer se arrodilla en el suelo comiendo una costilla de cerdo.
  • Woody se enfrenta a una teta gigantesca escapada del incendio del laboratorio de un científico loco especialista en sexología.

Anécdotas:

  • El montaje final del film cortó una octava historia, ¿Por qué algunos hombres se vuelven homosexuales?, en la que Louise Lasser, esposa de Woody Allen en ese momento, interpretaba a una araña viuda negra que devoraba al macho (el propio Woody). Descontento al no encontrar un final adecuado, el director decidió suprimir el fragmento.
  • La película funcionó bien en taquilla, con una recaudación de 18 millones de dólares en USA, cifra considerable comparada con su presupuesto, de sólo 2 millones. En España superó el millón de espectadores.

Sobre el director:

Woody Allen es uno de los grandes genios del cine. Nacido en Brooklyn en 1935, comenzó su carrera como humorista autor de monólogos, luego pasó a trabajar en el cine como actor y guionista, y, a partir de Toma el dinero y corre (1969), también como director. Sus primeras películas, entre las que se encuentra la que nos ocupa, son sucesiones de gags, generalmente muy divertidos, pero sin mayor trascendencia. Annie Hall (1976) supone un giro en su carrera hacia las comedias dramáticas urbanas que le harán mundialmente conocido y apreciado entre los cinéfilos. Gran amante del cine europeo, en especial de Bergman y Fellini, brillantísimo autor destacado en una enorme variedad de registros, desde la comedia disparatada al drama más sombrío, el sexo y el erotismo casi nunca aparecen de forma explícita en sus obras, pero son siempre un telón de fondo importante y una inacabable fuente de gags en los diálogos.

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0068555/

http://www.dvdgo.com/product~catgid~166~list~132~prodid~
111101~typeproduct
~1~dvd~Colecci%C3%B3n+Woody+Allen
:+Volumen+3.htm

17 noviembre 2006

Mi querida señorita: transexualidad de provincias

Mi querida señorita. España, 1971.

Director : Jaime de Armiñán

Guionistas : Jaime de Armiñán y José Luis Borau

Intérpretes: José Luis López Vázquez, Julieta Serrano, Antonio Ferrandis, Mónica Randall

Temáticas de interés : Transexualidad, represión

Sinopsis:

Adela es una solterona que vive en una ciudad de provincias junto a su fiel criada Isabelita. Es religiosa y de costumbres intachables, pero oculta un secreto: hace tiempo que se afeita y no puede evitar lanzar miradas libidinosas a su criada. Al recibir una propuesta de matrimonio por parte de un amigo, decide ir al médico para aclarar por fin la duda que la atormenta: si es una mujer o un hombre.

Comentario:

Parece increible que una de las películas que mejor han abordado el tema de la transexualidad se llevase a cabo durante la dictadura franquista. Tal vez la necesidad del visto bueno de la censura contribuyera a tratar tan espinoso asunto con un enorme tacto, lejos de cualquier sensacionalismo. Generalmente las películas sobre transexuales se sitúan entre la didáctica y el morbo fácil de prensa amarilla, ambos muy presentes en Cambio de sexo (1976), realizada por el ya por entonces torpe Vicente Aranda, o si no en el melodrama telefílmico supuestamente arriesgado pero en realidad complaciente y más bien reaccionario, en el que el descarriado o la descarriada tienen que recibir palizas y / o morir para lograr la simpatía paternalista del espectador, como la oscarizada Boys don't cry (1999). Mi querida señorita logra en cambio un virtuoso equilibrio entre la comedia y el drama, y llevar a cabo un gran retrato social de la España de provincias en los últimos años del franquismo con un personaje totalmente fuera de la caricatura, en parte gracias a la soberbia interpretación de José Luis López Vázquez, un gran actor que hasta pocos años antes había estado encasillado en la españolada y que en ese momento exploraba nuevos terrenos.

Adela, la señorita, ha reprimido durante muchos años tanto la atracción que le producen las mujeres como el amor que siente hacia su criada, que le produce terribles celos cuando la muchacha sale con chicos. La huida de Isabelita, que se despide harta de aguantar insultos de su señorita despechada, unida a la propuesta de matrimonio que recibe, hacen que Adela, siendo ya una mujer de mediana edad, se decida a salir de su cascarón virginal y dar el paso. El médico le confirma lo que ella siempre ha sospechado y nunca se ha atrevido a afrontar: que es un hombre. Aquí se le puede reprochar a la película su ambigüedad al crear confusión entre dos cosas diferentes, la transexualidad y el hermafroditismo. No queda claro si la protagonista es biológicamente un hombre al que, a causa de una malformación genética, se le tomó por mujer en su niñez, o si es simplemente un transexual, es decir, alguien que siendo físicamente una mujer normal se siente hombre psicológicamente. El hecho de que tenga que afeitarse parece indicar lo primero, el hermafroditismo, pero la película elude entrar en detalles.

Pero tal vez lo más interesante de Mi querida señorita sea que la historia no se acaba una vez que Adela se transforma en Juan, sino que expone toda la problemática posterior. Juan ha sido educado como mujer, y no sabe hacer ningún trabajo de hombre en una sociedad muy sexista donde las actividades propias de ellos y de ellas están muy definidas. Además, después de haber vivido cuarenta años como mujer, se siente inseguro en su cuerpo masculino, sobre todo a la hora de mantener relaciones sexuales. Antes como mujer le era fácil refugiarse en la castidad, pero ahora la sociedad machista le exige que se muestre experimentado en la cama: lo que era una virtud para ellas, es un handicap y un motivo de vergüenza para ellos. La aceptación de su auténtico pero nuevo yo no se alcanzará sin antes pasar por una lenta y a veces difícil metamorfosis que incluye el no rechazar su vida anterior como Adela. El reencuentro con Isabelita, ahora Isabel, será clave para conseguir llevar a cabo la transición entre los dos mundos, la ciudad de provincias y la capital, la represión y la liberación.

Escenas destacadas:

  • Isabelita se agacha para limpiar el suelo; Adela no puede evitar mirarle de reojo las piernas y el escote.
  • En la consulta del médico, Adela le pide que le hable sin tapujos puesto que es una mujer fuerte y valiente. El médico la corrige: en efecto es fuerte y valiente, pero no es una mujer.
  • SPOILER: Juan ha sido por fin capaz de pasar a mayores en su relación con Isabelita, pero todavía hay algo que no se atreve a decirle. No obstante, ella ya lo sabe y le llama señorita
    sin querer.

Anécdotas:

  • Logró un importante éxito en taquilla, con 1.700.000 espectadores.
  • La acogida entre los críticos también fue buena, incluyendo premios por parte del Círculo de Escritores Cinematográficos y del Sindicato Nacional del Espectáculo. Además fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, perdiendo frente a otra obra de un director español, El discreto encanto de la burguesía de Luis Buñuel.
  • Sorprendentemente, el guión pasó la censura franquista, que sólo cortó algunas escenas en las que Mónica Randall salía muy ligera de ropa. El director siempre ha declarado que hizo la película exactamente como la quería hacer.

Sobre el director:

Jaime de Armiñán nace en una familia madrileña acomodada en 1927. Estudia derecho, pero pronto orienta sus pasos hacia el mundo del audiovisual, primero como comentarista, y más tarde trabajando como guionista en televisión. Su carrera como director de cine comienza con Carola de día, Carola de noche (1969), un vehículo de lucimiento para Marisol, y pasa a un terreno más personal con Mi querida señorita, cuyo éxito le permite hacer otras obras sobre amores heterodoxos, entre las que destaca El nido (1980), que le permitió ser de nuevo candidato al Oscar. Alterna el cine y la televisión hasta 1995, donde estrena la que hasta hace poco era su última película, El palomo cojo, aunque en 2006 ha finalizado su nueva obra, Fabian road.

12 noviembre 2006

Une vraie jeune fille: Ellas toman la palabra

Une vraie jeune fille. Francia, 1976.

Directora : Catherine Breillat

Guionista : Catherine Breillat, adaptando su propia novela

Intérpretes: Charlotte Alexandra, Hiram Keller, Rita Maiden, Bruno Balp

Temáticas de interés : Masturbación, descubrimiento de la sexualidad

Sinopsis:

Alice, una adolescente, llega a casa de sus padres para pasar con ellos el verano en un pequeño pueblo. Allí no hay mucho que hacer y la joven se entretiene jugando con su cuerpo y descubriendo los placeres carnales. Pronto encontrará en quien volcar sus fantasías eróticas: Jim, un joven que trabaja con su padre.

Comentario:

El despertar sexual de una joven es uno de los tópicos más manidos en el cine erótico, pero la diferencia es que aquí es una mujer, Catherine Breillat, y no un hombre quien escribe el guión y dirige la película, por lo que la protagonista del film no es una ensoñación lujuriosa ni una fantasía masculina, sino, como su propio título indica, es una auténtica chica, una chica de verdad (esa es la traducción de Une vraie jeune fille, en lugar de una chica realmente joven como aparece a veces) la que cuenta su propia historia. Y esa historia está repleta de escenas de masturbación y de relaciones sexuales similares a las de cualquier film erótico o pornográfico, pero la película en su conjunto en absoluto podrá tildarse de complaciente ni de convencional.

Lo que convierte a esta prácticamente desconocida obra en un título interesantísimo e importante del cine erótico es su absoluta independencia, el estar al margen de cualquier corriente. Cruda y desagradable en muchas de sus secuencias, no es un film porno para público masculino, pero tampoco es una película reivindicativa ni feminista en cuanto a su tesis, aunque naturalmente sí es feminista de hecho, por tratarse de la obra de una mujer que expone su sexualidad de forma visceralmente sincera sin preocuparse por buscar la complicidad de ningún colectivo. Pocas veces una mujer se ha expresado de una manera tan libre (ni tan sórdida) con una cámara de cine.

Jane Campion, la directora que más dio que hablar durante los años 90 en el tema de la sexualidad de la mujer con títulos como El piano (1993), se acercaba al erotismo con suma torpeza y acababa cayendo en tópicos machistas hasta unos extremos a los que ningún hombre se atrevería a llegar, definiendo a las mujeres como seres volubles que confunden la emocionalidad con la falta de inteligencia, débiles, que encuentran irresistibles a los hombres más repulsivos, y que descubren el amor humillándose o prostituyéndose para ellos. Probablemente este discurso fácil y reaccionario ayudara al éxito de Campion, mientras que Breillat, más ambigua y compleja, sigue siendo una desconocida para el público. Alice, la protagonista de Une vraie jeune fille, vive su sexualidad de forma libre, aunque todavía infantil e inconsciente; Jim es un chico guapo y le gusta, pero ella aún no está preparada para explorar el cuerpo de su novio, porque aún no conoce su propio cuerpo ni ha aprendido a aceptarlo. El descubrimiento del placer se produce por una parte de forma azarosa y provocada por el aburrimiento, y por la otra sin plantearse ningún tipo de represión ni de censura, algo enormemente moderno para la época del film, como también lo son las imágenes pornográficas, que tardarían más de 20 años en aparecer en otros films dramáticos como Intimidad o Lucía y el sexo.

Escenas destacadas:

  • Para amenizar una aburrida comida, Alice tira su cuchara al suelo y, al recogerla, aprovecha para introducírsela en la vagina sin que se percaten de ello sus padres.
  • Nuestra joven heroína se pasea por el campo con las bragas por los tobillos. Su afición por quitarse la ropa interior se volverá a mostrar más adelante, cuando decide montar en bicicleta sin nada bajo la falda, que además se sube hasta la cintura.
  • Mientras Alice yace desnuda en el campo, Jim coge un gran gusano, lo divide en tres partes, y las coloca sobre el vello púbico de la chica.
  • La muchacha acepta la compañía de un hombre maduro al que le gustan las jovencitas, y que la invita a montar con él en una atracción de feria. Para gran estupor de ella, el viejo se desabrocha los pantalones y se masturba durante todo el recorrido.

Anécdotas:

  • El presupuesto del film fue irrisorio. Se rodó sin sonido y con actores provenientes del porno y la serie B. Dos años después del rodaje, se añadieron los diálogos, doblados en estudio por otros actores.
  • Por desavenencias con el productor, la película no consigue estrenarse comercialmente. Catherine Breillat tardará tres años en volver a dirigir, y doce en triunfar como directora con 36 fillette (1988). Será entonces cuando Une vraie jeune fille pueda verse por fin en los cines franceses.
  • En 2001, cuando se cumplían 25 años de su producción, se reestrenó en Francia y se estrenó por primera vez en Estados Unidos y otros países.

Sobre la directora:

Catherine Breillat nace en Bressuire (Francia) en 1948 y actualmente vive en París. A los 19 años publica su primera novela, L’homme facile, despertando ya una inmensa polémica que la convierte en un fenómeno literario. La controversia no acabará precisamente cuando se pase a la narración en imágenes con la aquí mencionada Une vraie jeune fille, a la que más tarde seguirán otras diez películas. Su obra, que explora la sexualidad con una crudeza chocante y una total desinhibición que ella llama provocación inocente, sin plantearse fronteras entre erotismo y pornografía, permanece inédita en España con la excepción de Romance X (1999), que logró estrenarse gracias al gancho comercial de su protagonista, el actor porno Rocco Siffredi.

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0135024/

http://www.gva.es/cinemajove/cinemajove2004/actualiza/breillat.htm

http://www.objectif-cinema.com/analyses/013.php

02 noviembre 2006

Gotas de agua sobre piedras calientes: Fassbinder según Ozon

Gouttes d’eau sur pierres brûlantes. Francia, 2000.

Director : François Ozon

Guionista : François Ozon, basándose en la obra teatral de Rainer Werner Fassbinder

Intérpretes: Bernard Giraudeau, Malik Zidi, Ludivine Sagnier, Anna Levine

Temáticas de interés : Homosexualidad masculina, transexualidad, amor libre

Sinopsis:

En la Alemania de los años 70, Léopold, un ejecutivo cincuentón, se liga y se lleva a casa a Franz, un jovencito de veinte años. El muchacho deja a su novia, Anna, y se va a vivir con él. La relación entre los dos se va agriando, a medida que Franz asume el rol de ama de casa sumisa y su novio el de marido déspota. La aparición de Vera, la antigua pareja de Léopold, y el regreso de Anna van a suponer un importante giro en la relación de los dos hombres.

Comentario:

Rainer Fassbinder, autor prolífico y militante homosexual, fue el cineasta alemán más influyente y conocido fuera de su país desde el fin del nazismo. El director francés François Ozon demuestra ser un gran conocedor de la obra de Fassbinder en esta adaptación de una de sus primeras piezas de teatro, en la que ya aparecen desarrollados dos puntos clave de su cine: la aproximación a la homosexualidad sin ningún tipo de complejos, unida a una cierta confusión sexual muy propia de su época, y la visión casi sadomasoquista de las relaciones de pareja, consistentes para él en la dominación de una persona sobre la otra.

De una forma muy adelantada a su tiempo, Fassbinder no se molesta en justificar ni en explicar las relaciones entre personas del mismo sexo en una época en la que este tema era un tabú absoluto: su indudable militancia gay es sutil y consiste en presentar a personajes que no tienen ningún problema en aceptar sus inclinaciones y las viven con total normalidad. Franz, el chico protagonista de la película, tiene una novia hasta que conoce a Léopold y se enamora de él a pesar de la diferencia de edad entre ambos. Si la película no se tratase de una adaptación sino de un guión original de hoy en día, seguramente el guionista y el espectador se plantearían preguntas como si Franz era un reprimido cuando estaba con chicas, si la relación con su novia era un montaje, o si es un heterosexual confundido del que Léopold se está aprovechando por su mayor edad y experiencia. Pero en la época de la liberación sexual en que Fassbinder escribió esta historia, la homo y la heterosexualidad no se veían como compartimentos estancos, sino que se intentaba volver a la pansexualidad de romanos, griegos y demás culturas paganas, en las que no existían conceptos como hetero ni homosexualidad ni se veía como nada fuera de lo común que un hombre alternara las relaciones con chicas y con chicos. La tesis de todos somos bisexuales de esos años no pudo sin embargo con tantos siglos de estigmatización judeocristiana de las relaciones entre personas del mismo sexo, y a pesar de que hoy en día la mayoría de los espectadores no levantarán ninguna ceja al ver besarse a Franz y Léopold en la película, sí les resultará inverosímil a muchos que Léopold seduzca más adelante a Anna, la antigua novia de su amante, o que Franz dude entre si seguir con su novio o volver con su ex-novia con la misma naturalidad con la que un heterosexual dudaría entre dos chicas.

El otro punto fassbinderiano al que François Ozon es muy fiel en su adaptación es el de la disfuncionalidad en la parejas, que el director alemán retrató en una de sus películas con el explícito título de La ley del más fuerte: Léopold trata a Franz con una prepotencia absoluta que bordea el maltrato psicológico. Cuando aparece en escena Vera, la ex de Léopold, vemos que la relación entre ambos fue todavía más extrema: Vera era un hombre y llegó a cambiar de sexo, sin ser un auténtico transexual, como muestra definitiva de sumisión: quería ser la mujer perfecta para su amante, que le agradeció este sacrificio abandonándola. Esto será una alarma de aviso para Franz: de seguir con Léopold, éste podría ser también su destino.

Aunque su interés por el mundo de Fassbinder es evidente, la adaptación de François Ozon no deja de ser posmoderna, manteniendo una cierta y casi obligada distancia con el exacerbado melodrama original a través de una puesta en escena manierista, deliberadamente teatral y artificiosa, que, como ocurre en otras películas de Ozon, convierte la historia en una comedia negra.

Escenas destacadas:

  • Anna aparece en el piso que su antiguo novio Franz comparte con su actual pareja, Léopold, decidida a que Franz vuelva con ella. Sin embargo, acaba cayendo seducida por Léopold.
  • Vera, la enigmática ex-novia de Léopold, revela que antes era un hombre y que se cambió de sexo para complacerle.

Anécdotas:

  • Fassbinder escribió Gotas de agua sobre piedras calientes con sólo 19 años. Aunque ya recoge el germen de su futuro cine en muchos aspectos, su autor la veía como una obra de juventud poco desarrollada y no llegó a representarla nunca. Ozon modificó el texto original incluyendo elementos de otras películas del director alemán, sobre todo la transexualidad de Vera, sacada de El año de las trece lunas.
  • Las referencias del director en cuanto a puesta en escena fueron, según su propia confesión, Las alarmas lágrimas de Petra Von Kant de Fassbinder y Smoking no smoking de Alain Resnais: ambas películas no intentan ocultar su artificialidad ni su origen teatral.
  • Su éxito comercial fue muy escaso, aunque los críticos y cinéfilos la acogieron con interés. Su estreno tuvo lugar en el festival de cine de Berlín.
  • Malik Zidi estuvo nominado al Cesar al mejor actor revelación ese año por su trabajo en esta película.

Sobre el director:

François Ozon nace en París en 1967. Sólo ha alcanzado el éxito de taquilla con 8 mujeres (2001) y tampoco es una gran figura de festivales, pero su filmografía ha contado con el beneplácito de la crítica desde su primera obra, Sitcom (1998), una comedia negra que lo situó como uno de los más interesantes nuevos directores franceses de culto. Su cine, de géneros, influencias y estilos muy diversos, a veces realista y a veces muy artificial, se aleja siempre de caminos trillados y resulta sorprendente al espectador. La homosexualidad está casi siempre presente en sus obras, ya sea como trama principal, como ocurre en Gotas de agua sobre piedras calientes, o a través de personajes secundarios. Su película más redonda probablemente sea Bajo la arena, un recital de su musa Charlotte Rampling (2000), y su último trabajo estrenado entre nosotros ha sido 5x2 (2004).

Enlaces:

http://spanish.imdb.com/title/tt0211387/

www.francoisozon.com

http://www.cinestrenos.com/cartelera/critica/gotas/gotas.htm