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26 octubre 2008

Diario de un escándalo: la amistad peligrosa

Notes on a scandal. Reino Unido, 2006.

Director: Richard Eyre.

Guionista: Patrick Marber, inspirándose en una novela de Zoe Heller.

Intérpretes: Judi Dench, Cate Blanchett, Bill Nighy, Andrew Simpson.

Temáticas de interés: obsesión, pederastia, lesbianismo.

Sinopsis:

Después de pasarse años en casa cuidando de sus hijos, Sheba Hart busca trabajo como profesora de arte en una escuela. Allí lo tiene un poco difícil para conseguir el respeto del alumnado adolescente, pero le echa una mano Barbara, una de las profesoras más veteranas. Las dos compañeras se hacen buenas amigas hasta que Barbara descubre una noche a Sheba manteniendo relaciones sexuales con Steven, un estudiante de sólo 15 años.

Comentario:

Los comentarios que Barbara anota en su diario y que nos lee en off nos muestran su acercamiento hacia su compañera de trabajo mucho más joven como un plan deliberado para conquistarla. Se siente atraída por ella y en ningún momento se refiere a Sheba como a una amiga ni muestra empatía, sino que la analiza en términos parecidos a como un científico hablaría de la cobaya de un experimento. Por ello sabemos desde el principio que la amistad es en realidad un acoso: Barbara actúa con Sheba igual que un pederasta con un niño. Se gana su confianza poco a poco a través de pequeños favores interesados hasta que tiene a su víctima cautiva en la tela de araña que ha tejido. Aprovechándose de los secretos que le ha confiado la persona acosada, el acosador los utiliza para envolverla en un chantaje moral, emocional y finalmente sexual.

A lo largo de la película intuimos, y más tarde confirmamos, que Barbara tuvo el mismo patrón de conducta con su "amiga" anterior, que tuvo que abandonar su puesto de trabajo para librarse de ella. La acosadora, que ni siquiera es capaz de aceptar ante sí misma que es lesbiana y que su interés en sus víctimas es en el fondo sexual, no es capaz de tener una relación de tú a tú con otra persona: su forma de relacionarse es siempre el abuso, pedir despóticamente todo del otro sin ofrecer en realidad ningún sentimiento sincero a cambio. El resultado es una enorme soledad interrumpida de vez en cuando por estas relaciones abusivas que invariablemente acaban mal, con serios daños de todo tipo para sus víctimas, y también frustrantes para ella misma, que por supuesto en todo momento considera a los demás como únicos culpables de estos fracasos.

Ahora bien, Sheba reúne a su vez no pocas condiciones que la hacen presa fácil para una vampira como Barbara. Enormemente inmadura, se casó muy joven con su profesor en la universidad, lo cual nos da a entender que desde siempre ha tenido una personalidad frágil que pide el apoyo de alguien mayor que ella. Los años que se ha pasado encerrada en casa cuidando de sus hijos la hacen todavía más ingenua e indefensa a la hora de enfrentarse a un trabajo y a los problemas de la vida real.

Por eso es creíble que inicie una relación por uno de sus alumnos; a diferencia de Barbara, Sheba no utiliza estrategias para seducir ni dominar a alguien más joven, sino que es al contrario, por su falta de personalidad y madurez no sabe estar por encima y cortar los flirteos de un adolescente. Barbara acierta de pleno al ver en la pasión de su compañera una simple fantasía romántica burguesa acerca del muchacho pobre víctima de una situación familiar difícil y con un gran talento por descubrir, cuando la realidad es que Steven, el muchacho, es un adolescente completamente normal con una familia también normal sin problemas de dinero y sin ningún talento significativo Sheba no sólo se deja llevar, sino que mantiene esta relación de una forma totalmente inconsciente, sin saber lo que quiere ni pensar en los graves riesgos que le supone.

La película hace un estupendo retrato de las dos protagonistas, interpretadas por dos grandes actrices. No obstante, la voz en off del diario de Barbara resulta un subrayado que simplifica y reduce esta historia de amistad malsana a unas convenciones genéricas de thriller un tanto trilladas, sin dar la posibilidad al espectador de darse cuenta por sí mismo de la personalidad obsesiva de Barbara.

Escenas destacadas:

  • Creyendo que Steven necesita refuerzo para sacar el curso adelante y conmovida por su supuesto drama familiar, Sheba accede a quedarse a solas con él después de clase y darle lecciones particulares. Steven se le insinua durante una de esas clases extra.
  • Sheba se dirige a toda prisa a ver la función del colegio de su hijo, que lleva preparando mucho tiempo. Barbara se presenta de improviso destrozada por la muerte de su gato y le exige que se quede con ella; Sheba se niega y su compañera amenaza con denunciar lo que sabe de su relación con el adolescente.




Anécdotas:

  • Logró cuatro nominaciones al Oscar: para las dos protagonistas (aunque Cate Blanchett concursó en la categoría de actriz secundaria), el guión y la banda sonora. Fue también finalista a otros premios, como los BAFTA o los Globos de Oro. Sin duda el trabajo de las actrices fue lo más valorado del film.
  • Se presentó en el festival de Berlín de 2007, en el que logró un premio del público.
  • Entre los colectivos gays se dieron críticas hostiles a la película por considerar que el guión identificaba lesbianismo con desequilibrio psicológico.
Sobre el director:

Nacido en el condado de Devon (Inglaterra) en 1943, Richard Eyre tiene un prestigioso curriculum como director de teatro y televisión, que incluye varios premios Laurence Olivier por sus montajes teatrales. En cine no se ha prodigado mucho; consiguió su primer éxito internacional en 2001 con Iris y ha conseguido repetirlo con Diario de un escándalo. Ahora mismo tiene pendiente de estreno The other man, su debut en Hollywood.

Enlaces:

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La butaca
Blog de cine

13 marzo 2008

La pequeña: demasiado joven para ...

Pretty baby. USA, 1978.

Director: Louis Malle

Guionista: Polly Platt

Intérpretes: Keith Carradine, Brooke Shields, Susan Sarandon

Temáticas de interés: prostitución, pederastia

Sinopsis:

Violet, de doce años, ha nacido en un burdel de Nueva Orleans a principios del siglo XX. La pequeña espera con impaciencia el momento de seguir los pasos de su madre mientras flirtea con Bellocq, un fotógrafo bohemio al que le gusta inmortalizar a las prostitutas. Tras iniciarse en la prostitución cuando la madame vende su virginidad, la estabilidad de Violet se rompe cuando su madre recibe una propuesta de matrimonio de uno de sus clientes y deja a la niña en la casa de citas.

Comentario:

No sé si una película como La pequeña, que curiosamente en su día pasó más bien desapercibida, podría haberse rodado hoy. En todo caso, no en un gran estudio de Hollywood. En primer lugar porque aborda un tema tan controvertido como la prostitución infantil y, a diferencia de otros films que abordan el sexo con menores, como Lolita, no utiliza a una actriz adolescente con un cuerpo casi de mujer adulta, sino a una niña de doce años que realmente tiene un cuerpo de niña y aparenta doce años. Pero sobre todo, porque habla del tema sin dramatismo y sin llevar a cabo un juicio moral. El film nos introduce en la atmósfera del burdel, que prácticamente no abandonamos más que al final de la historia, para que comprendamos que Violet, la niña hija de una prostituta y que no conoce más mundo que la casa de citas, ve a los clientes, el ambiente y el vocabulario del prostíbulo con una total cotidianeidad. En ningún momento es consciente de ser explotada y se puede decir que espera con ilusión el día en que será iniciada al sexo de pago con hombres adultos, lo que la convertirá en una mujer igual a todas las mujeres que conoce.

Escenas que podrían resultar escabrosas, como ver a la niña imitar los movimientos y la gesticulación lasciva de las prostitutas y emplear su vocabulario grosero, o la subasta de la virginidad de la pequeña, que es una especie de ritual de iniciación o incluso de fiesta para las trabajadoras del burdel, se muestran con naturalidad y sin ningún tipo de moralismo, ayudadas además por un soberbio trabajo en la fotografía por parte del maestro Sven Nykvist. Nada se describe como algo monstruoso ni tampoco existe afán de epatar ni de escandalizar. De hecho en la época en la que transcurre la acción, hace casi cien años, en el sur de los Estados Unidos y en muchas otras partes del mundo eran frecuentes los matrimonios concertados de niños, sobre todo niñas, de doce, trece o catorce años. Y por supuesto tampoco existía de forma tan clara como hoy la idea del abuso de menores. El film no se preocupa por los clientes de Violet; entre ellos puede haber pederastas pero seguramente también otros a los que atraería la curiosidad de acostarse con una niña como simple variante sin ver en ello una gran transgresión moral: para la mentalidad de la época, como todo el sexo es pecado y está socialmente mal visto, hacerlo con una niña tampoco empeora demasiado las cosas.

A la película puede reprochársele que no desarrolla demasiado a su personaje masculino principal, el fotógrafo Bellocq, ni explica bien su relación con la niña; Violet está enamorada de él de la forma en que lo puede estar una chica de su edad. Él en principio no se lo toma en serio hasta que la pequeña, tras ser abandonada por su madre, deja el prostíbulo y él la acoge en su casa, no se sabe si por compasión o porque sienta deseo por ella. Inician una curiosa relación a medio camino entre la pareja sentimental y la paternofilial cuya ambigüedad no resuelve el guión. Es el espectador quien, como es habitual en el cine de Louis Malle, tendrá que formarse su propio criterio respecto a la historia y los personajes.




Escenas destacadas:

  • La virginidad de la pequeña Violet se subasta entre los clientes de la casa de citas ante la atenta dirección de la madame y la presencia de todas las prostitutas del lugar, incluida la madre de la niña. Finalmente el mejor postor sube con ella a la habitación

Anécdotas:


  • El personaje masculino se inspira en E. J. Bellocq, un fotógrafo real que se dedicaba a fotografiar a prostitutas en escenarios que ellas mismas elegían.

  • Se presentó en el festival de Cannes de 1978, en el que consiguió un premio técnico. Estuvo también nominada a los Oscar en la categoría de mejor música original.
Sobre el director:

Louis Malle (Thumeries, Francia, 1932 - Los Angeles 1995) fue uno de los grandes renovadores del cine francés a finales de los años 50 y principios de los 60, aunque siempre se consideró al margen del movimiento de la nouvelle vague. En su momento, la amoralidad de su obra y la ausencia de juicios y condenas hacia personajes con comportamientos sexuales libres o heterodoxos provocaron gran controversia, sobre todo en títulos como Los amantes o El soplo al corazón. La polémica, en este caso por razones políticas, que suscita Lacombe Lucien le mueve a emigrar en los años 70 a Estados Unidos, donde rueda La pequeña y Atlantic city. La sexualidad en su cine se muestra como una fuerza muy poderosa y amoral que se muestra sin tapujos ni morbosidad, con una gran normalidad.

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Foro sobre el film

06 febrero 2008

El nido: cuando el amor no tiene edad

El nido. España, 1980

Director y guionista: Jaime de Armiñán

Intérpretes: Héctor Alterio, Ana Torrent

Temáticas de interés: pederastia, gerontofilia

Sinopsis:

En un pueblo de Castilla, Alejandro, un viudo maduro, conoce a Goyita, una niña de 13 años. La encuentra simpática y los dos inician una amistad que se va haciendo más íntima y más ambigua para la gente del pueblo, que empieza a propagar peligrosos rumores.

Comentario:

Al igual que en Mi querida señorita con la transexualidad, Jaime de Armiñán vuelve a acercarse en El nido con una enorme sensibilidad y respeto por los personajes a no uno sino dos temas muy escabrosos: la pederastia, la pulsión sexual, o en este caso más bien afectiva, hacia preadolescentes, y la menos conocida gerontofilia, la atracción hacia las personas de edad avanzada. Lo que podía haber resultado una trama sórdida se convierte en una agridulce historia romántica imposible entre un hombre demasiado mayor y una chica demasiado joven.


Hoy en día, dado el tabú tan brutal que supone el sexo entre mayores y menores de edad, probablemente esta manera de abordar el tema no habría sido aceptable, y tal vez esa sea una de las razones de que el film no sea valorado ni recordado como debería. Desde el punto de vista un tanto enfermizo que domina en la actualidad, podría acusarse a El nido de fantasía pedófila por tratar con simpatía a un personaje como Alejandro, al que no se retrata como a un viejo verde sino que es más bien la chica, Goya, la que va detrás de él, busca su amistad y empieza a introducir tintes ambiguos en su relación. Que las niñas los "provocan" con su comportamiento y que son mentalmente mucho más adultas de lo que cabría suponer por su edad suele ser una de las excusas de los pederastas a la hora de justificar sus actos. No obstante, nadie debería ver segundas intenciones en exponer una realidad de la vida, como es que las niñas preadolescentes coquetean a su manera con los adultos. Alejandro, por ser vulnerable, debido probablemente a su carencia afectiva desde la muerte con su mujer, se toma en serio estos flirteos y se deja llevar por los juegos de la niña con amargas consecuencias.

Goya, que se refugia en su amistad con Alejandro para escapar de una familia y un entorno en los que ve sus alas cortadas, es un personaje un tanto enigmático: su gerontofilia no parece venir de un deseo de protección por parte de alguien de más edad sino más bien lo contrario, le atrae que su amante platónico se muestre desvalido, tal vez porque así puede manipularlo a su antojo. El guión tiene una de sus bazas principales en mostrar a veces una gran complicidad con la niña y otras retratarla como a una femme fatale que lleva a la perdición a un pobre viejo.

Escenas destacadas:
  • Goya coge una navaja y lleva a cabo un juramento de sangre: se tatúa la inicial de Alejandro en la mano y a él le tatúa también la suya.

Anécdotas:



  • Finalista al Oscar de mejor película de habla no inglesa en 1980. El premio fue a parar a Moscú no cree en las lágrimas, una película soviética. Al parecer, el propio Armiñán ha reconocido que, decepcionado ante la derrota, le puso la zancadilla al encargado de recoger el premio en su camino hacia la estatuilla.


Sobre el director:

Jaime de Armiñán nace en una familia madrileña acomodada en 1927. Estudia derecho, pero pronto orienta sus pasos hacia el mundo del audiovisual, primero como comentarista, y más tarde trabajando como guionista en televisión. Su carrera como director de cine comienza con Carola de día, Carola de noche (1969), un vehículo de lucimiento para Marisol, y pasa a un terreno más personal con Mi querida señorita, cuyo éxito le permite hacer otras obras sobre amores heterodoxos, entre las que destaca El nido (1980), que le permitió ser de nuevo candidato al Oscar. Alterna el cine y la televisión hasta 1995, donde estrena la que hasta hace poco era su última película, El palomo cojo, aunque tiene pendiente de estreno su nueva obra, Fabian road

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24 julio 2007

Lolita: el pederasta inocente

Lolita. USA, 1962.

Director: Stanley Kubrick

Guionista: Vladimir Nabokov, adaptando su propia novela del mismo título.

Intérpretes: James Mason, Shelley Winters, Sue Lyon, Peter Sellers

Temáticas de interés: Pederastia

Sinopsis:

Humbert Humbert, un distinguido profesor europeo, se traslada a una pequeña ciudad de la América profunda por motivos de trabajo. Allí entabla una relación con la señora Haze, una poco atractiva viuda en la que no está realmente interesado: a él quien de verdad le gusta es la hija de la señora Haze, Lolita, que tiene tan sólo 14 años.

Comentario:

Lolita, la novela de Vladimir Nabokov, fue rechazada por varias editoriales antes de su publicación, que supuso todo un escándalo en su día. A diferencia de otras polémicas que actualmente resultarían anacrónicas, en la actualidad es probable que Nabokov hubiera tenido todavía más problemas para editar un libro con este contenido, aunque lo que sí ha cambiado es la causa, o al menos la excusa, para el escándalo. Si en otras épocas se trataba de mantener a las niñas y adolescentes alejadas del sexo para no fomentar en ellas pensamientos impuros que les pudieran llevar a perder la virginidad, lo que preocupa en la actualidad ya no es, al menos en teoría, la guarda de la honra y el honor de la familia sino el respeto a la sexualidad de los menores.

La novela trata de la atracción que un pedófilo siente por una niña de doce años y está contada desde el punto de vista cínico del pederasta, que dedica muchas páginas a justificar sus tendencias. De forma perversa, Nabokov pretende que el lector se identifique con Humbert: afortunadamente se trata de una obra considerada clásica y pieza fundamental de la literatura del siglo XX, puesto que por muchísimo menos que eso un blog de internet sería en estos tiempos cerrado sin contemplaciones y su autor observado de cerca por las fuerzas de seguridad especialistas en delitos informáticos; ¿quién no tiene razón ahí, se está cayendo peligrosamente en una censura más estricta que la del pasado o por el contrario no deberían de considerarse dignas de respeto obras que abordan con tal ligereza un tema como el abuso de menores? Que cada uno saque sus conclusiones.

En todo caso, para frenar las iras de la censura la película suaviza en gran medida este espinoso contenido al subir la edad de la niña de doce a catorce años y sobre todo al darle el papel a una chica de quince (Sue Lyon) que aparenta dieciocho o veinte. De esta forma el personaje cambia totalmente: Humbert deja de ser un auténtico pedófilo atraído por la inocencia de una niña que está apenas entrando en la pubertad; la Lolita de la película tiene el cuerpo de una mujer casi adulta y desprende una sensualidad evidente. No resulta ninguna sorpresa en el film que el temible pederasta acabe siendo un pobre desgraciado con el que la niña/mujer, en realidad más experimentada que él, ha jugado a su antojo. Es la historia de un amor prohibido, rozando el incesto, pero no una verdadera relación pederasta.

En lo que sí se acerca la película a la poco agradable realidad de los abusos de menores es en que suelen cometerse dentro del hogar y la propia familia. Humbert se encapricha de una niña en concreto y desarrolla un plan para acercarse a ella de forma paulatina, que incluye seducir a su madre y ganarse la confianza de la jovencita poco a poco.

Escenas destacadas:

  • Al visitar la casa de la señora Haze, Humbert ve a Lolita tomando el sol en bikini y decide inmediatamente alojarse allí. No obstante, la imagen de Lolita chupando una piruleta con gafas de sol es sólo una foto publicitaria que no pertenece a la película.
Anécdotas:
  • A pesar de que muchos aspectos de la novela original fueron aligerados en la adaptación al cine, el film despertó un escándalo considerable. Algunas organizaciones católicas llegaron a formar folclóricos comités de oración para salvar el alma de la joven Sue Lyon.
  • Como todos sabemos, Lolita ha pasado a ser un nombre habitual, tanto en español como en inglés, para designar a una adolescente provocativa o de sexualidad precoz.
  • La película se presentó a concurso en el festival de Venecia de 1962. Logró una única nominación a los Oscar en la categoría de mejor guión adaptado. Los globos de oro fueron más receptivos, con un premio (mejor actriz revelación para Sue Lyon) y cuatro nominaciones para el director y los otros tres intérpretes principales, James Mason, Shelley Winters y Peter Sellers.
  • En 1997 Adrian Lyne llevó a cabo un remake que fue un total fracaso de crítica y público y que se inspiraba más en la película de Kubrick que en la novela original, volviendo a elevar la edad de la niña a 14 años y a contratar para el papel a una chica que aparenta mucha más edad.
Sobre el director:

Stanley Kubrick (Nueva York 1928 - 1999) no necesita presentación. El autor por antonomasia según algunos despuntó en Hollywood con Atraco perfecto (1956) y se consagró con Senderos de gloria (1957). Años más tarde se trasladaría a vivir al Reino Unido donde daría rienda suelta a un perfeccionismo obsesivo que le llevó a dejar pasar varios años entre película y película, crispar a los actores y al equipo técnico durante los rodajes, e intentar realizar el film más innovador dentro de cada género. Dejando a un lado las agresiones sexuales de La naranja mecánica (1971), el erotismo sólo había tenido un papel principal en su trayectoria en la adaptación de Lolita (1962) antes de su obra póstuma Eyes wide shut (1999).

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Texto sentido

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16 diciembre 2006

El leñador: Hablando de un tabú sin acritud

The woodsman. USA, 2004.

Directora : Nicole Kassell

Guionistas : Nicole Kassell y Steven Fetcher

Intérpretes: Kevin Bacon, Kyra Sedgwick, Hannah Pilkes

Temáticas de interés : Pederastia

Sinopsis:

Walter llega a una pequeña ciudad en la que no conoce a nadie y busca trabajo en un aserradero. Es taciturno, y tiene una razón para serlo. Acaba de salir de la cárcel, en la que cumplió condena por abusar de una niña. Ahora intenta hacer una vida normal, pero le cuesta evitar el mirar por la ventana de su piso y observar a las alumnas del colegio de enfrente ...

Comentario:

El abuso de menores ha pasado en los últimos años de ser un tabú y una realidad silenciada y prácticamente desconocida a verse magnificado y resultar casi omnipresente en los medios de comunicación. En el caso del cine y los telefilms, el tratamiento del tema viene casi siempre de mano de thrillers y películas policíacas donde se intenta capturar a un asesino de niños, o bien en dramas donde el o la protagonista tiene un trauma por haber sufrido abusos en su infancia, reforzando el estereotipo y el estigma de que las víctimas de este tipo de actos nunca podrán superarlo ni llevar una vida normal. Lolita, la adaptación que llevó a cabo Stanley Kubrick sobre la amoral novela de Vladimir Nabokov, que probablemente sería impublicable hoy en día, es una de las pocas excepciones a esta regla.

El leñador coge este escabroso toro por los cuernos y se atreve a ponerse en el lugar del verdugo, no de la víctima ni de los familiares de la víctima, como es lo habitual y lo fácil, una propuesta parecida, aunque con un tema todavía más difícil, a la de la notable Te doy mis ojos de Iciar Bollaín, que contaba una historia de malos tratos intentando entrar en la psicología del maltratador en lugar de presentarlo sin más como un monstruo. En este caso, el protagonista, Walter, tiene una inclinación sexual por las niñas preadolescentes. Abusó de una y pagó por ello con la cárcel, de la que ha salido en libertad condicional. No es un psicópata ni un cínico, odia lo que hizo y no intenta justificarlo, pero le resulta muy difícil luchar contra su propia sexualidad. Por otra parte, la sociedad tampoco le ayuda: no se le ofrece ningún tipo de terapia ni de cura, su familia le rechaza, en el trabajo tiene que ocultarle a todo el mundo su pasado, y además el agente de la condicional le acosa y le humilla, aprovechándose de su sentimiento de culpa, que le hace tragarse los insultos sin rechistar.

No obstante, el film tampoco es tendencioso ni carga demasiado las tintas, en primer lugar porque refleja bastante la realidad, puesto que nadie ha encontrado ninguna cura ni terapia efectiva para la pederastia, y en segundo lugar porque Walter, por suerte, no es cien por cien pedófilo; es capaz de tener sexo con mujeres adultas e inicia una relación con una chica que no lo abandona cuando descubre su pasado, por lo que tal vez pueda haber una esperanza para él, aunque su vida no será fácil y la posibilidad de que vuelva a abusar de una niña estará siempre ahí.

De hecho, Walter inicia una amistad peligrosa con Robin, de trece años. Frente al tópico del niño raptado por un desconocido que le sube a su coche, el guión muestra como un pedófilo se va acercando progresivamente a su víctima, que suele ser alguien conocido y de su entorno, e intenta establecer una complicidad y que el pequeño comparta con él secretos que no conozcan sus padres; de esa forma se asegura el silencio y el consentimiento del menor para cuando, más adelante y de forma paulatina, empiece a hacerle proposiciones sexuales. Así pues, Walter se limita a hablar con Robin el primer día; las siguientes veces, las conversaciones se van haciendo más íntimas. Una amarga revelación que le hace la niña hará que el pederasta desista de sus intenciones, pero quizás la próxima vez no ocurra lo mismo. El leñador no es una historia moralista, edificante, ni de redención, ni tampoco es una tragedia; su modestia y su sencillez constituyen al mismo tiempo su gran virtud y su gran limitación.

Escenas destacadas:

  • Walter parece satisfecho con su nuevo piso, hasta que la expresión se le nubla al mirar por la ventana. Hay un colegio justo enfrente.
  • Tras varios días de charla en el bosque con su joven amiga, Walter intenta pasar un poco a mayores y le propone que se siente en su regazo. La respuesta de la niña le hará arrepentirse de sus intenciones.

Anécdotas:

  • El productor del film es Lee Daniels, responsable de Monster’s ball, el título que le valió el Oscar a Halle Berry, por lo que el marketing de la película, al menos en España, recurrió a la comparación entre ambas.
  • Se presentó en el festival de Sundance, y más tarde en nuestro país en el festival de Gijón. Logró tres nominaciones a los premios del cine independiente americano, entre otros galardones y nominaciones menores.

Sobre la directora:

Nicole Kassell estudió cine en la universidad de Nueva York, ciudad en la que reside. El leñador fue su debut en el largometraje; su breve curriculum también incluye un episodio de la serie de TV Caso abierto.


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