23 agosto 2007

La calumnia: Mujer contra mujer

The children's hour. USA, 1961.

Director: William Wyler

Guionista: John Michael Hayes basándose en la obra teatral de Lillian Hellman

Intérpretes: Audrey Hepburn, Shirley MacLaine, James Garner

Temáticas de interés: lesbianismo, represión

Sinopsis:

Karen y Martha dirigen un colegio privado para chicas en una pequeña localidad. Cuando una de sus alumnas más díscolas es castigada, la niña como venganza extiende el rumor de que existe una relación amorosa entre las dos amigas.

Comentario:

El llamado código Hays de censura que condicionó toda la producción hollywoodiense durante más de treinta años prohibía cualquier referencia a la homosexualidad. No es que hubiera que mostrarla como algo malo, es que debía ser invisible, no podía existir. Ya vimos los conflictos a los que esto dio origen en las adaptaciones de obras teatrales que en el escenario se veían con normalidad y sin problemas de censura, como La gata sobre el tejado de zinc. Desde comienzos de los años 60, sin embargo, el código se veía como algo cada vez más anquilosado y los directores empezaban a desafiarlo. Uno de ellos fue William Wyler, el cual se atrevió a poner sobre la mesa la historia de dos profesoras acusadas de lesbianismo, algo no sólo mal visto en la época en la que está ambientada la historia (los años 30) sino también ilegal.

La acusación arruina la vida de las dos mujeres; los padres retiran en masa a las hijas del colegio regentado por las dos presuntas lesbianas, guiados por los típicos prejuicios homófobos de relacionar homosexualidad con pederastia y pensar que la orientación sexual de un niño o un adolescente puede alterarse si está bajo la tutela de personas homosexuales. El film denuncia la cerrazón y lo opresivo de la comunidad en la que viven las dos mujeres y el daño que pueden llegar a causar los rumores. Pero al mismo tiempo parece dar también la razón en parte a quien afirma que suele haber algo de verdad detrás de las habladurías.

En efecto, los cotilleos malsanos llevan a Martha, una de las dos mujeres, a plantearse la importancia en su vida de su estrecha relación con su amiga. Mientras que un hombre se puede dar cuenta más fácilmente de su falta de interés por el sexo opuesto, ésto es más difícil para las mujeres por el cliché de que a ellas no les interesa el sexo en sí sino sólo la parte afectiva y emocional de una relación: si no tienen una auténtica sexualidad no pueden ser homosexuales. Esta invisibilidad del lesbianismo hace muy verosímil el personaje reprimido de Martha, una mujer que rehuye a los hombres y vive unida afectivamente a otra mujer sin ser consciente de la verdadera magnitud de sus sentimientos hacia ella. No menos interesante es el personaje de Karen, supuestamente heterosexual pero cuya inocencia lleva a plantearse si realmente no ve o si más bien no quiere ver que Martha está enamorada de ella.

Atreverse a plantear estos espinosos temas ya le vale de por sí a La calumnia la clasificación de obra valiente y arriesgada, aún cuando el tratamiento del tema esté muy lastrado por las ideas homófobas del pasado: como en De repente el último verano y otros títulos de esa época, la homosexualidad se ve como una monstruosidad imposible de afrontar cuya única solución es la muerte. Todavía podemos ver restos de esta visión de las cosas en películas no muy antiguas, puesto que el cine políticamente correcto de hoy en día sigue relegando a sus personajes homosexuales a un puesto secundario y castigándolos para que puedan contar con la simpatía del público: en Cuatro bodas y un funeral uno de los miembros de la pareja gay moría, mientras que en Mejor imposible el típico amigo amanerado de la chica sufría una paliza.

SPOILER: teniendo en cuenta esto es fácil comprender que un final en el que Martha al descubrir su auténtico yo lo asumiese y se marchara a hacer su vida a la ciudad no habría sido aceptable en una película de esta época, siendo el suicidio su única salida. Lo más enigmático es qué ocurre tras este final con el personaje de Karen, si vivirá una vida normal con su novio y futuro marido, o si la muerte de su amiga le hará caer en la cuenta de su propia homosexualidad. Curiosamente, La gata sobre el tejado de zinc comienza donde acaba La calumnia (aunque con dos chicos en lugar de dos chicas), con el suicidio del amante platónico y lo que ocurre después.

Escenas destacadas:
  • Unos niños se acercan al colegio para burlarse de las supuestas lesbianas. Martha sale a la puerta enfrentándose con ellos a gritos de He aquí el monstruo.
Anécdotas:
  • William Wyler había dirigido en 1936 Esos tres, adaptación de la misma obra teatral en la que se inspira La calumnia, por lo que se puede decir que hizo un remake de su propia película. Por razones de censura, Esos tres había eludido cualquier referencia a la homosexualidad y había convertido la historia en un triángulo amoroso convencional. La calumnia, en cambio, es fiel al contenido de la pieza teatral original.
  • No tuvo un gran éxito de taquilla, pero sí buena acogida por parte de la prensa y la industria, que se reflejó en cinco nominaciones al Oscar en categorías menores.
  • Se dice que en el montaje Wyler recortó varias escenas que hacían más explícita la sexualidad de Martha para evitar conflictos mayores con la censura.

Sobre el director:

William Wyler (Mulhousen, Alsacia, 1902 - Los Angeles, 1981) es uno de los grandes maestros del Hollywood clásico. Entró a trabajar en la compañía Universal en los tiempos del cine mudo y pronto se convierte en uno de los directores más prestigiosos del estudio y mejor adaptado al prolífico sistema de producción de aquellos tiempos, llegando a dirigir más de 60 películas. Tiene el record de nominaciones al Oscar al mejor director con doce, de las cuales se llevó al gato al agua en tres ocasiones: con La señora Miniver (1942), Los mejores años de nuestra vida (1946) y Ben-Hur (1959). Pero tal vez las películas más importantes de su filmografía sean Cumbres borrascosas (1939), La loba (1941) y El coleccionista (1965).

Enlaces:

IMDB

Mundo DVD

04 agosto 2007

Buscando a Susan desesperadamente: Madame Bovary conoce a Madonna

Desperately seeking Susan. USA, 1985.

Directora: Susan Seidelman

Guionista: Leora Barish

Intérpretes: Rosanna Arquette, Madonna, Aidan Quinn

Temáticas de interés: Liberación sexual

Sinopsis:

Roberta es una joven ama de casa burguesa que compensa la falta de emociones en su vida inventando fantasías a partir de los anuncios por palabras del periódico. El texto de uno de ellos, buscando a Susan desesperadamente, le llama la atención hasta el punto de acudir al lugar en que su autor ha convocado la cita para conocer, aunque sea de lejos, a Susan y a quien la busca. Fascinada por la apariencia y el modo libre de vivir de Susan, una buscavidas, Roberta empieza a seguirla y vestirse como ella. Cuando un golpe accidental en la cabeza la deja amnésica, Roberta es tomada por Susan y asimila su identidad y su modo de vida.

Comentario:

Roberta es una Madame Bovary moderna. Su vida se reduce a ser la esposa sumisa de un pequeño empresario y su vía de escape consiste en buscar en los anuncios del periódico indicios de existencias que parecen más interesantes que la suya. Cuando conoce a Susan, su pequeño mundo burgués se desestabiliza: la joven vagabunda pasa a ser su modelo; aunque no se atreve a imitar su estilo de vida, Roberta, que evidentemente necesita un cambio, copia su ropa y su imagen. La ocasión de llegar más allá se produce cuando la amnesia le posibilita empezar de nuevo: entonces aprovecha la oportunidad para encontrar su auténtico yo, convertirse en Susan y vivir como siempre había soñado.

La película adopta la estructura de una ingeniosa comedia romántica de enredo respetando la forma pero subvirtiendo el contenido del género: en vez de presentar, como en el cine clásico, la pareja burguesa y el matrimonio como los objetivos buscados por por la protagonista, Roberta parte de esa situación para buscar una liberación personal y sexual que la llevará a encontrar el amor pero sólo tras divorciarse y romper con la estabilidad y la seguridad que, según los cánones sexistas del cine romántico, son el sueño de toda mujer. Susan, la devoradora de hombres que lleva una vida disipada y es tan experta en meterse en líos como en salir hábilmente de ellos, se presenta como un modelo a seguir en contra de los roles habituales en el cine de género, que sólo toleran ese comportamiento en los varones. El contenido feminista del guión es rotundo pero no por ello airado sino al contrario: la película se impregna del hedonismo y la jovialidad de la new wave de moda en la época y, lejos de presentar a las mujeres como víctimas, las muestra muy capaces de tomar las riendas de su destino e incluso de cambiarlo con la colaboración de hombres que no tienen por qué ser sus enemigos. La época del feminismo radical ya ha pasado y se nota la tendencia al individualismo de los años 80: la transformación de Roberta está en manos de ella misma: en lugar de esperar que llegue la gran revolución, mejor que cada uno emprenda su propia pequeña revolución personal.

Es interesante además comentar el estrecho vínculo que une al personaje de Susan, encarnado por Madonna, por entonces una promesa emergente de la música pop, con el estereotipo que la propia Madonna representó para la juventud en esa época. Igual que Roberta en la película, millones de adolescentes y mujeres jóvenes, primero de EEUU y poco después del resto del mundo, vieron en la nueva estrella un modelo de libertad y desinhibición sexual que, lejos de limitarse a ser un juguete erótico diseñado por hombres como han sido y siguen siendo la inmensa mayoría de cantantes pop, colabora en la composición de sus discos y toma todas las decisiones respecto a su carrera profesional. Desde entonces y hasta ahora, Madonna, pese a fascinar a un enorme número de fans, ha sido vilipendiada desde posturas machistas por atreverse a mostrarse ambiciosa, subversivamente dueña de su cuerpo y orgullosa de él, cualidades que se consideran virtudes en los hombres pero imperdonables en las mujeres, en lugar de aceptar el rol sumiso y cómodo para el público masculino que se espera de una artista que aspira a ser mayoritaria. Pero las feministas y los grupos supuestamente liberales han sido tal vez todavía más feroces al atacarla por sacar provecho de la seducción y las armas de mujer tradicionales para conseguir triunfar, dejando como única posibilidad para una fémina que aspire a ser digna de respeto el modelo Patty Smith, es decir, la falta absoluta de erotismo y la renuncia al éxito multitudinario; curiosamente los carcas y los supuestamente progresistas acaban opinando igual, la mujer debe permanecer en un segundo plano, la que triunfa no lo hace por su talento ni por su inteligencia sino sólo por venderse y prostituirse. Madonna, Susan Seidelman, directora del film, y las muchas chicas y mujeres que han visto en Susan / Madonna un referente tal vez ambiguo pero mucho más interesante que los juguetes eróticos vacíos que vemos una y otra vez en la MTV, parecen ver las cosas de otra manera.


Escenas destacadas:
  • Roberta sigue a Susan hasta una tienda de ropa en la que cambia su cazadora por otra, diciéndole con descaro al vendedor que la prenda pertenecía a Jimmy Hendrix. Siguiendo un impulso, Roberta entra en la tienda y la compra; será el primer paso para su transformación en Susan.
  • Susan se liga en un bar new wave a Gary, el marido de Roberta. Se dirigen a casa de él y se fuman un porro.
  • Cuando Gary, el marido de Roberta, se encuentra con su mujer, detenida por prostitución, alguien de su entorno le informa de un curioso data estadístico según el cual la mayoría de las prostitutas son lesbianas.
Anécdotas:
  • La película fue producida por Orion Pictures, una pequeña productora responsable de varios de los títulos más interesantes del cine americano de los años 80 y primeros 90, entre ellos El silencio de los corderos. Lamentablemente, Orion acabó absorbida por una multinacional
  • Aunque parezca irónico, Madonna fue seleccionada para el papel por decisión de la directora, que quería recurrir a a actores desconocidos para mantener el proyecto dentro de un presupuesto bajo y disponer de mayor libertad. Durante la postproducción del film, sin embargo, Madonna se convirtió con su segundo album, Like a virgin, en uno de los personajes más célebres del mundo, convirtiendo el estreno de la película en un acontecimiento.
  • La película tuvo un gran éxito de taquilla, con una recaudación que quintuplicó su presupuesto. También las críticas fueron excelentes, siendo la interpretación de Rosanna Arquette el elemento más destacado por los periodistas.
  • En estos momentos se prepara en Londres un musical inspirado en la película. Las canciones no serán de Madonna, sino curiosamente de Deborah Harry, líder del grupo Blondie y evidente influencia sobre la música y estética de Madonna en sus primeros años.
Sobre la directora:

Susan Seidelman (Philadelphia 1952- ) llama la atención de la crítica con su opera prima, Smithereens, en 1982. Su segunda película, Buscando a Susan desesperadamente, la convierte en uno de los nombres más prometedores del cine independiente norteamericano de los años 80. Su siguiente y esperado trabajo, Fabricando al hombre perfecto (1987), resulta un pinchazo a partir del cual la directora nunca ha conseguido reflotar su carrera, que durante la siguiente década orientaría cada vez más hacia la televisión. La liberación personal y sexual de mujeres que no quieren seguir modelos de conducta tradicionales es el eje de casi toda su filmografía.

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