16 diciembre 2006

El leñador: Hablando de un tabú sin acritud

The woodsman. USA, 2004.

Directora : Nicole Kassell

Guionistas : Nicole Kassell y Steven Fetcher

Intérpretes: Kevin Bacon, Kyra Sedgwick, Hannah Pilkes

Temáticas de interés : Pederastia

Sinopsis:

Walter llega a una pequeña ciudad en la que no conoce a nadie y busca trabajo en un aserradero. Es taciturno, y tiene una razón para serlo. Acaba de salir de la cárcel, en la que cumplió condena por abusar de una niña. Ahora intenta hacer una vida normal, pero le cuesta evitar el mirar por la ventana de su piso y observar a las alumnas del colegio de enfrente ...

Comentario:

El abuso de menores ha pasado en los últimos años de ser un tabú y una realidad silenciada y prácticamente desconocida a verse magnificado y resultar casi omnipresente en los medios de comunicación. En el caso del cine y los telefilms, el tratamiento del tema viene casi siempre de mano de thrillers y películas policíacas donde se intenta capturar a un asesino de niños, o bien en dramas donde el o la protagonista tiene un trauma por haber sufrido abusos en su infancia, reforzando el estereotipo y el estigma de que las víctimas de este tipo de actos nunca podrán superarlo ni llevar una vida normal. Lolita, la adaptación que llevó a cabo Stanley Kubrick sobre la amoral novela de Vladimir Nabokov, que probablemente sería impublicable hoy en día, es una de las pocas excepciones a esta regla.

El leñador coge este escabroso toro por los cuernos y se atreve a ponerse en el lugar del verdugo, no de la víctima ni de los familiares de la víctima, como es lo habitual y lo fácil, una propuesta parecida, aunque con un tema todavía más difícil, a la de la notable Te doy mis ojos de Iciar Bollaín, que contaba una historia de malos tratos intentando entrar en la psicología del maltratador en lugar de presentarlo sin más como un monstruo. En este caso, el protagonista, Walter, tiene una inclinación sexual por las niñas preadolescentes. Abusó de una y pagó por ello con la cárcel, de la que ha salido en libertad condicional. No es un psicópata ni un cínico, odia lo que hizo y no intenta justificarlo, pero le resulta muy difícil luchar contra su propia sexualidad. Por otra parte, la sociedad tampoco le ayuda: no se le ofrece ningún tipo de terapia ni de cura, su familia le rechaza, en el trabajo tiene que ocultarle a todo el mundo su pasado, y además el agente de la condicional le acosa y le humilla, aprovechándose de su sentimiento de culpa, que le hace tragarse los insultos sin rechistar.

No obstante, el film tampoco es tendencioso ni carga demasiado las tintas, en primer lugar porque refleja bastante la realidad, puesto que nadie ha encontrado ninguna cura ni terapia efectiva para la pederastia, y en segundo lugar porque Walter, por suerte, no es cien por cien pedófilo; es capaz de tener sexo con mujeres adultas e inicia una relación con una chica que no lo abandona cuando descubre su pasado, por lo que tal vez pueda haber una esperanza para él, aunque su vida no será fácil y la posibilidad de que vuelva a abusar de una niña estará siempre ahí.

De hecho, Walter inicia una amistad peligrosa con Robin, de trece años. Frente al tópico del niño raptado por un desconocido que le sube a su coche, el guión muestra como un pedófilo se va acercando progresivamente a su víctima, que suele ser alguien conocido y de su entorno, e intenta establecer una complicidad y que el pequeño comparta con él secretos que no conozcan sus padres; de esa forma se asegura el silencio y el consentimiento del menor para cuando, más adelante y de forma paulatina, empiece a hacerle proposiciones sexuales. Así pues, Walter se limita a hablar con Robin el primer día; las siguientes veces, las conversaciones se van haciendo más íntimas. Una amarga revelación que le hace la niña hará que el pederasta desista de sus intenciones, pero quizás la próxima vez no ocurra lo mismo. El leñador no es una historia moralista, edificante, ni de redención, ni tampoco es una tragedia; su modestia y su sencillez constituyen al mismo tiempo su gran virtud y su gran limitación.

Escenas destacadas:

  • Walter parece satisfecho con su nuevo piso, hasta que la expresión se le nubla al mirar por la ventana. Hay un colegio justo enfrente.
  • Tras varios días de charla en el bosque con su joven amiga, Walter intenta pasar un poco a mayores y le propone que se siente en su regazo. La respuesta de la niña le hará arrepentirse de sus intenciones.

Anécdotas:

  • El productor del film es Lee Daniels, responsable de Monster’s ball, el título que le valió el Oscar a Halle Berry, por lo que el marketing de la película, al menos en España, recurrió a la comparación entre ambas.
  • Se presentó en el festival de Sundance, y más tarde en nuestro país en el festival de Gijón. Logró tres nominaciones a los premios del cine independiente americano, entre otros galardones y nominaciones menores.

Sobre la directora:

Nicole Kassell estudió cine en la universidad de Nueva York, ciudad en la que reside. El leñador fue su debut en el largometraje; su breve curriculum también incluye un episodio de la serie de TV Caso abierto.


Enlaces:

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias, igualmente :-)

Anónimo dijo...

No he visto la película, pero muy interesante análisis.

Martín dijo...

Coincido con tu valoración de la película. Es una lastima que hayas omitido las charlas del protagonista con su psiquiatra, donde llegan a profundizar bastante sobre los motivos de su pedofilia, conectándola con la relación con su hermana durante la infancia.
Saludos

Dillinger is dead dijo...

Es cierto, había olvidado esa escena. No estoy seguro de si él recordaba haber tocado a su hermana o si su hermana lo había tocado a él. Aunque el tópico sea el pensar en personas de mediana edad cuando se habla de pederastas, lo cierto es que esas tendencias suelen empezar mucho antes, e incluso no es infrecuente que adolescentes abusen de niños más pequeños, así que de ser el primer caso (que él había abusado de su hermana) sería coherente, aunque me parece acertado que la película tampoco incida demasiado en eso y no caiga en el cliché tan manido del trauma infantil para explicar su sexualidad.

Anónimo dijo...

Hola, a mi la película dentro de su sobriedad me gustó. El tema era morboso pero está tratado con delicadeza. Los protagonistas Kevin Bacon, Kyra Sedgwick están a cual mejor. Una película recomendable.

Dillinger is dead dijo...

Comparto tu opinión, Chufo. Y está muy bien tu página, por cierto :-) Un saludo

Anónimo dijo...

Hola, hace poco descubrí la página y me gusta mucho.
En referencia a la pederastia me gustaría recomendar un título sorprendente: For a lost soldier (Voor een verloren soldaat, Holanda, 1992). Este film tuvo problemas en algunos países no por el hecho de retratar una relación pederasta, sinó por el hecho de no condenarla en absoluto, lo cual no deja de ser curioso.

Dillinger is dead dijo...

Intentaré ver esa película por curiosidad. No me parecerá bien si intenta justificar la pederastia, pero a nivel dramático es más interesante intentar ponerse en el lugar del pederasta y plantear preguntas incómodas al espectador que limitarse a decir algo tan evidente como que está mal abusar de los niños. De todas formas, en Holanda se considera 16 años, y no 18, la mayoría de edad para tener relaciones sexuales con un adulto, por lo que su punto de vista sobre la pederastia puede ser un poco diferente al de otros países.

Anónimo dijo...

Hola !
Soy el anónimo de antes. No voy a criticar la película que exponía anteriormente porqué posiblemente no sabría hacelo bien, pero hay una observación tuya que quiero corregir. El film no justifica. Lo que hace es no condenar, no posicionarse. Esto es lo que me sorprendió. Al igual que en Desayuno en Plutón, donde se observa sabiamente que hay un personaje al que le ocurren cosas y ADEMÁS es transexual, aquí se desarrolla una historia en la que ADEMÁS se relacionan dos chicos, uno de 20 y tantos años y otro de 10 o 12. No es la mejor pelicula del mundo ni exuda erotismo, pero tiene algo dicha relación que la hace extrañamente bella.
Me gustan mucho los análisis que leo en tu blog, por eso he comentado este film... a ver si tienes suerte de verla.

Dillinger is dead dijo...

He tardado en contestar porque me he descargado la película de la que hablabas y quería verla primero. Desde luego es curiosa y osada; me parece muy creible que un niño o una niña se enamoren de un adulto y coqueteen con él, pero que accedan de buen grado a una relación sexual completa de adultos y que disfruten con ella me parece una fantasía pederasta, la sexualidad de un chaval de unos doce años, como el de la película, no es la de un adulto, entre otras cosas porque su cuerpo todavía no lo es. Además hay algo cruel en esa relación porque el soldado sabe lo que está haciendo, que está seduciendo al niño y que dentro de unos días se irá de allí, mientras que el niño es inocente, se está enamorando y no sabe que están jugando con él y abusando de él. Me parece condenable lo que hace el soldado, pero respeto que la película no subraye que lo que hace está mal, deje que el espectador tome sus propias conclusiones, y sobre todo que no estigmatice a quien ha sufrido el abuso condenándolo a una vida de traumas y horrores como hace siempre el cine.

Hay otras películas sobre la pederastia que tengo intención de comentar, como Lolita o El nido, una española. Muchas gracias por tu comentario, espero que sigas viendo el blog. Un saludo

Unknown dijo...

que no hay cura para la pederastía?

pues claro que no, porque no es una enfermedad, es la elección de alguien que elige ser un depravado, eso de la enfermedad es una excusa chicanera para presentarla ante los jueces.