Director: Josef Von Sternberg
Guionistas: Carl Zuckmayer, Karl Vollmöller y Robert Liebmann, basándose en la novela de Heinrich Mann.
Intérpretes: Marlene Dietrich, Emil Jannings
Temáticas de interés: descubrimiento de la sexualidad
Sinopsis:
El severo profesor Rath se alarma al descubrir que sus alumnos frecuentan por las noches un garito de dudosa moralidad para oír cantar a la cabaretera Lola. Al acercarse al local para espantar a los jóvenes que acuden allí, él mismo no puede evitar caer seducido ante los encantos de la cantante.
Comentario:
Como ocurre a menudo al hablar de películas antiguas, El ángel azul es, vista hoy, inocente y bastante simple. Sin embargo en su momento los contoneos de Marlene Dietrich luciendo su ropa interior al estilo de las cabareteras y las mujeres vulgares eran algo tremendamente escandaloso. Hoy nos parece normal ver en el cine a prostitutas, gente que vive en la calle y todo tipo de situaciones propias de los ambientes más sórdidos en la vida real, pero en 1930 el cine era muchísimo más puritano y esta película era de lo más erótico que cabía imaginar. De hecho, es hija de una época de relativa permisividad; pocos años más tarde la censura de Hollywood o de otros lugares ya no lo habría consentido.
El profesor Rath aparenta ser un guardián del orden moral y un hombre de férreas convicciones, pero en realidad no es más que un reprimido que ignora lo que es la vida. Cuando, al visitar el cabaret donde actúa Lola para rescatar a sus alumnos del vicio, tiene su primer contacto con el mundo real fuera de los libros, su debilidad salta a la vista. Se queda prendado de la chicay todos sus principios se vienen abajo rapidísimamente porque no se fundamentan en la reflexión ni la experiencia sino sólo en la ignorancia y los prejuicios. Su comportamiento muestra lo inútil que resulta la moralina; Rath, en teoría un gran sabio, se ve desbordado por la situación y no tiene nada a lo que aferrarse al enfrentarse por primera vez en su vida a un conflicto real como es estar enamorado.
Lo que podría haber sido una liberación, una decisión consciente de romper con una vida que ya no le llena, no lo es porque no hay tal decisión: es expulsado de su trabajo por su conducta licenciosa e inicia una nueva vida trabajando en el mundo ambulante y nocturno de Lola porque no le queda otro remedio. Por lo tanto no empieza una segunda vida, como hemos visto en otras películas comentadas en el blog, sino una caída en picado.
Rath es un personaje patético y digno de lástima por su propia estupidez y falta de recursos para enfrentarse a la vida; sin embargo desde un punto de vista conservador, que es el que preside la película y el que prevalecería probablemente para el director y para los espectadores de la época, la culpa de su desgracia la tiene la mujer fatal que lo ha seducido. Lola se muestra siempre como un objeto de deseo y una fantasía masculina acerca de lo que se desea, y también de lo que se teme, en una mujer; el guión no la desarrolla como personaje, en ningún momento sabemos lo que piensa o siente ni la vemos más que como un estereotipo. Marlene Dietrich es precisamente una de las máximas representantes, en sus películas bajo las órdenes de Josef Von Sternberg, de este concepto de mujer-fetiche, tan misógino como atractivo.
El profesor Rath aparenta ser un guardián del orden moral y un hombre de férreas convicciones, pero en realidad no es más que un reprimido que ignora lo que es la vida. Cuando, al visitar el cabaret donde actúa Lola para rescatar a sus alumnos del vicio, tiene su primer contacto con el mundo real fuera de los libros, su debilidad salta a la vista. Se queda prendado de la chicay todos sus principios se vienen abajo rapidísimamente porque no se fundamentan en la reflexión ni la experiencia sino sólo en la ignorancia y los prejuicios. Su comportamiento muestra lo inútil que resulta la moralina; Rath, en teoría un gran sabio, se ve desbordado por la situación y no tiene nada a lo que aferrarse al enfrentarse por primera vez en su vida a un conflicto real como es estar enamorado.
Lo que podría haber sido una liberación, una decisión consciente de romper con una vida que ya no le llena, no lo es porque no hay tal decisión: es expulsado de su trabajo por su conducta licenciosa e inicia una nueva vida trabajando en el mundo ambulante y nocturno de Lola porque no le queda otro remedio. Por lo tanto no empieza una segunda vida, como hemos visto en otras películas comentadas en el blog, sino una caída en picado.
Rath es un personaje patético y digno de lástima por su propia estupidez y falta de recursos para enfrentarse a la vida; sin embargo desde un punto de vista conservador, que es el que preside la película y el que prevalecería probablemente para el director y para los espectadores de la época, la culpa de su desgracia la tiene la mujer fatal que lo ha seducido. Lola se muestra siempre como un objeto de deseo y una fantasía masculina acerca de lo que se desea, y también de lo que se teme, en una mujer; el guión no la desarrolla como personaje, en ningún momento sabemos lo que piensa o siente ni la vemos más que como un estereotipo. Marlene Dietrich es precisamente una de las máximas representantes, en sus películas bajo las órdenes de Josef Von Sternberg, de este concepto de mujer-fetiche, tan misógino como atractivo.
Escenas destacadas:
Sin duda la secuencia más famosa del film es Marlene Dietrich enseñando sus medias y ligas mientras canta Falling in love again, la canción estrella de su repertorio.
Anécdotas:
- Existen dos versiones de la película que se rodaron simultáneamente, una en inglés y otra en alemán, una costumbre habitual en los primeros años del cine sonoro. En la versión inglesa los actores hablan con un fuerte acento alemán.
- Se trata de la primera producción importante del cine sonoro en Alemania.
- Esta película lanzó a Marlene Dietrich como estrella y mito erótico, además de ser el comienzo de una larga serie de trabajos conjuntos entre la actriz y el director Josef Von Sternberg.
Josef Von Sternberg (Viena 1894 - Hollywood 1969) fue elegido para llevar a cabo El ángel azul, la primera gran obra del cine sonoro alemán, tras el gran éxito de su film mudo anterior, La última orden (1928). La ascensión al poder de los nazis le hace tomar la decisión de emigrar a Hollywood junto a su musa y al parecer amante Marlene Dietrich. Allí ambos llevan a cabo una serie de películas muy apreciadas por la crítica pero que resultan demasiado sofisticadas para el cine americano de la época. Su insuficiente éxito en taquilla provoca el declive de su carrera, que continuará con obras mucho más rutinarias. Su fascinación por la belleza y el erotismo ambiguos de Dietrich es patente en las seis películas que rodaron juntos.
Enlaces:
IMDB
El criticón
Con el cine en los talones
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