Pretty baby. USA, 1978.
Director: Louis Malle
Guionista: Polly Platt
Intérpretes: Keith Carradine, Brooke Shields, Susan Sarandon
Temáticas de interés: prostitución, pederastia
Sinopsis:
Violet, de doce años, ha nacido en un burdel de Nueva Orleans a principios del siglo XX. La pequeña espera con impaciencia el momento de seguir los pasos de su madre mientras flirtea con Bellocq, un fotógrafo bohemio al que le gusta inmortalizar a las prostitutas. Tras iniciarse en la prostitución cuando la madame vende su virginidad, la estabilidad de Violet se rompe cuando su madre recibe una propuesta de matrimonio de uno de sus clientes y deja a la niña en la casa de citas.
Comentario:
No sé si una película como La pequeña, que curiosamente en su día pasó más bien desapercibida, podría haberse rodado hoy. En todo caso, no en un gran estudio de Hollywood. En primer lugar porque aborda un tema tan controvertido como la prostitución infantil y, a diferencia de otros films que abordan el sexo con menores, como Lolita, no utiliza a una actriz adolescente con un cuerpo casi de mujer adulta, sino a una niña de doce años que realmente tiene un cuerpo de niña y aparenta doce años. Pero sobre todo, porque habla del tema sin dramatismo y sin llevar a cabo un juicio moral. El film nos introduce en la atmósfera del burdel, que prácticamente no abandonamos más que al final de la historia, para que comprendamos que Violet, la niña hija de una prostituta y que no conoce más mundo que la casa de citas, ve a los clientes, el ambiente y el vocabulario del prostíbulo con una total cotidianeidad. En ningún momento es consciente de ser explotada y se puede decir que espera con ilusión el día en que será iniciada al sexo de pago con hombres adultos, lo que la convertirá en una mujer igual a todas las mujeres que conoce.
Escenas que podrían resultar escabrosas, como ver a la niña imitar los movimientos y la gesticulación lasciva de las prostitutas y emplear su vocabulario grosero, o la subasta de la virginidad de la pequeña, que es una especie de ritual de iniciación o incluso de fiesta para las trabajadoras del burdel, se muestran con naturalidad y sin ningún tipo de moralismo, ayudadas además por un soberbio trabajo en la fotografía por parte del maestro Sven Nykvist. Nada se describe como algo monstruoso ni tampoco existe afán de epatar ni de escandalizar. De hecho en la época en la que transcurre la acción, hace casi cien años, en el sur de los Estados Unidos y en muchas otras partes del mundo eran frecuentes los matrimonios concertados de niños, sobre todo niñas, de doce, trece o catorce años. Y por supuesto tampoco existía de forma tan clara como hoy la idea del abuso de menores. El film no se preocupa por los clientes de Violet; entre ellos puede haber pederastas pero seguramente también otros a los que atraería la curiosidad de acostarse con una niña como simple variante sin ver en ello una gran transgresión moral: para la mentalidad de la época, como todo el sexo es pecado y está socialmente mal visto, hacerlo con una niña tampoco empeora demasiado las cosas.
A la película puede reprochársele que no desarrolla demasiado a su personaje masculino principal, el fotógrafo Bellocq, ni explica bien su relación con la niña; Violet está enamorada de él de la forma en que lo puede estar una chica de su edad. Él en principio no se lo toma en serio hasta que la pequeña, tras ser abandonada por su madre, deja el prostíbulo y él la acoge en su casa, no se sabe si por compasión o porque sienta deseo por ella. Inician una curiosa relación a medio camino entre la pareja sentimental y la paternofilial cuya ambigüedad no resuelve el guión. Es el espectador quien, como es habitual en el cine de Louis Malle, tendrá que formarse su propio criterio respecto a la historia y los personajes.
Escenas que podrían resultar escabrosas, como ver a la niña imitar los movimientos y la gesticulación lasciva de las prostitutas y emplear su vocabulario grosero, o la subasta de la virginidad de la pequeña, que es una especie de ritual de iniciación o incluso de fiesta para las trabajadoras del burdel, se muestran con naturalidad y sin ningún tipo de moralismo, ayudadas además por un soberbio trabajo en la fotografía por parte del maestro Sven Nykvist. Nada se describe como algo monstruoso ni tampoco existe afán de epatar ni de escandalizar. De hecho en la época en la que transcurre la acción, hace casi cien años, en el sur de los Estados Unidos y en muchas otras partes del mundo eran frecuentes los matrimonios concertados de niños, sobre todo niñas, de doce, trece o catorce años. Y por supuesto tampoco existía de forma tan clara como hoy la idea del abuso de menores. El film no se preocupa por los clientes de Violet; entre ellos puede haber pederastas pero seguramente también otros a los que atraería la curiosidad de acostarse con una niña como simple variante sin ver en ello una gran transgresión moral: para la mentalidad de la época, como todo el sexo es pecado y está socialmente mal visto, hacerlo con una niña tampoco empeora demasiado las cosas.
A la película puede reprochársele que no desarrolla demasiado a su personaje masculino principal, el fotógrafo Bellocq, ni explica bien su relación con la niña; Violet está enamorada de él de la forma en que lo puede estar una chica de su edad. Él en principio no se lo toma en serio hasta que la pequeña, tras ser abandonada por su madre, deja el prostíbulo y él la acoge en su casa, no se sabe si por compasión o porque sienta deseo por ella. Inician una curiosa relación a medio camino entre la pareja sentimental y la paternofilial cuya ambigüedad no resuelve el guión. Es el espectador quien, como es habitual en el cine de Louis Malle, tendrá que formarse su propio criterio respecto a la historia y los personajes.
Escenas destacadas:
- La virginidad de la pequeña Violet se subasta entre los clientes de la casa de citas ante la atenta dirección de la madame y la presencia de todas las prostitutas del lugar, incluida la madre de la niña. Finalmente el mejor postor sube con ella a la habitación
Anécdotas:
- El personaje masculino se inspira en E. J. Bellocq, un fotógrafo real que se dedicaba a fotografiar a prostitutas en escenarios que ellas mismas elegían.
- Se presentó en el festival de Cannes de 1978, en el que consiguió un premio técnico. Estuvo también nominada a los Oscar en la categoría de mejor música original.
Louis Malle (Thumeries, Francia, 1932 - Los Angeles 1995) fue uno de los grandes renovadores del cine francés a finales de los años 50 y principios de los 60, aunque siempre se consideró al margen del movimiento de la nouvelle vague. En su momento, la amoralidad de su obra y la ausencia de juicios y condenas hacia personajes con comportamientos sexuales libres o heterodoxos provocaron gran controversia, sobre todo en títulos como Los amantes o El soplo al corazón. La polémica, en este caso por razones políticas, que suscita Lacombe Lucien le mueve a emigrar en los años 70 a Estados Unidos, donde rueda La pequeña y Atlantic city. La sexualidad en su cine se muestra como una fuerza muy poderosa y amoral que se muestra sin tapujos ni morbosidad, con una gran normalidad.
Enlaces:
IMDB
Wikipedia
Foro sobre el film
4 comentarios:
la peli ni tan fuerte es solo cuando se desnuda un poco,no se porque la criticaron tanto...
es una niña fuerte ya que en ese momento la mamá era una alcoholica full................
A LO MEJOR LA MAMA SE VOLVIO ALCOHOLICA X VER LO Q SE LE VENIA ENCIMA.
ojala incluyas mas peliculas sobre putas me interesa el tema
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