28 junio 2007

Belle de jour: la doble vida de un ama de casa

Belle de jour. Francia, 1967.

Director: Luis Buñuel

Guionistas: Luis Buñuel y Jean-Claude Carrière inspirándose en la novela de Joseph Kessel

Intérpretes: Catherine Deneuve, Jean Sorel, Michel Piccoli, Francisco Rabal

Temáticas de interés: prostitución, sadomasoquismo, adulterio, fetichismo

Sinopsis:

Séverine es una joven ama de casa burguesa. Bajo su apariencia convencional esconde osadas fantasías masoquistas que un día se atreve a llevar a cabo iniciando una doble vida como prostituta.

Comentario:

Belle de jour supuso en su día todo un hito del cine de autor y del erotismo; adentrarse en el mundo de la prostitución y de las fantasías sexuales era algo muy novedoso en una época en la que estos comportamientos se consideraban anormales y desviados. Por si esto fuera poco tabú, la película exploraba además, aunque con una mirada claramente masculina y probablemente machista, la sexualidad de una mujer.

Séverine tiene una vida matrimonial aparentemente placentera con un marido atractivo y amable; sin embargo tanta comodidad adormece su libido y le provoca frigidez. Probablemente la joven ha recibido una educación represiva en la que el sexo se ve como algo sucio y la única forma en la que ella puede disfrutarlo es humillándose y ofreciéndose ante hombres desconocidos como un objeto. Su posición de mujer burguesa y respetable es incompatible en su mundo con la actividad sexual, le cuesta mantener relaciones con su marido. La única forma que ve de liberar su sexualidad reprimida es asumiendo el rol opuesto, el de prostituta; las mujeres de la vida le producen envidia por su libertad y por poder explorar el terreno prohibido del sexo.

Tras una época en la que se limitaba a desarrollar fantasías
en su imaginación, Séverine se atreve por fin un día a dar el paso y a ofrecer sus servicios a una casa de citas. Como es típico en los reprimidos, la joven no es capaz de integrar la sexualidad en su entorno y tiene que inventarse una segunda vida donde poder desarrollarla. Por su nuevo lugar de trabajo pasa una gran variedad de clientes amantes de diversas prácticas fetichistas. Resulta curioso el rechazo que a nuestra amiga le produce la pulsión masoquista de uno de ellos, el cual le propone adoptar él el rol sumiso en un juego muy similar a los que a ella le gustaba imaginarse consigo misma como víctima: Buñuel vuelve a demostrar ser un gran conocedor de las contradicciones de la naturaleza humana. Resulta también curiosa una secuencia de necrofilia en la que un cliente le pide a Séverine que se haga pasar por su mujer muerta y permanezca inmóvil, así como la famosa escena de la misteriosa cajita que trae otro de los visitantes del burdel.

La película ofrece una curiosa mezcla de realismo y ensoñación; las fantasías de Séverine al principio son claramente distinguibles de las escenas reales de la vida burguesa, pero una vez la joven ha entrado a trabajar en el prostíbulo, la línea entre lo onírico y lo real se difumina cada vez más. Belle de jour se adentra en el mundo de la prostitución y de las fantasías sexuales con una curiosa mezcla de didáctica, surrealismo y curiosidad de erotómano.

Escenas destacadas:
  • Séverine y su marido Pierre viajan en una elegante carroza. Ante una orden de Pierre, los cocheros se detienen, toman a Séverine, la atan a un árbol y la azotan con un látigo. Es el comienzo del film y una de las fantasías masoquistas del personaje principal.
  • Uno de los clientes de Belle de jour le pide un servicio especial relacionado con una misteriosa caja. Séverine la abre, pero el contenido se le oculta al espectador, que sólo puede escuchar el zumbido que sale de ella. El enigma de la caja de Belle de jour es uno de los puntos más comentados del cine de Buñuel.

Anécdotas:

  • El film tiene un final abierto en el que Buñuel dijo haber reflejado su propia confusión respecto a cómo debería acabar la historia.
  • En su momento se estrenó en España como Bella de día, pero con el tiempo se ha vuelto más habitual referirse al film por su título original. El nombre se debe a que Séverine sólo ejerce la prostitución durante el día, por la noche tiene que volver a casa con su marido.
  • Se presentó en el festival de cine de Venecia de 1967 donde obtuvo el león de oro, premio a la mejor película. A este éxito se sumó la excelente acogida entre el público, especialmente en la Europa latina, Francia, Italia y España.

Sobre el director:

Luis Buñuel (Calanda, Teruel, 1900 - Mexico 1983) es uno de los mayores genios del séptimo arte, padre del cine de vanguardia y del surrealismo cinematográfico, y uno de los personajes más influyentes de la historia del cine de autor. Es además uno de los principales erotómanos del celuloide, experto en narrar historias obsesivas y fetichistas, en las que se muestra tanto su herencia surrealista como una estricta formación religiosa que reprime la sexualidad desviándola hacia terrenos insospechados. Durante su estancia en México (donde tuvo que exiliarse tras la guerra civil española) disfrazaba sus relatos fetichistas bajo la apariencia de melodramas como Él o Ensayo de un crimen. Más adelante en Francia, y esporádicamente en España, pudo rodar sus fantasías con mayor libertad en Viridiana, Belle de jour, Tristana, o Ese oscuro objeto del deseo, última película y broche de oro de su filmografía.

Enlaces recomendados:

naranjas
muebles
Diseño web
Energia solar
Moviles
Generadores
Tienda virtuales
hosting
Oraculo
puerto vallarta hotels

14 junio 2007

La ardilla roja: machismo onírico

La ardilla roja. España, 1993.

Director: Julio Medem

Guionista: Julio Medem

Intérpretes: Emma Suárez, Nancho Novo, Carmelo Gómez, Karra Elejalde, María Barranco

Temáticas de interés: machismo

Sinopsis:

Jota está a punto de suicidarse pero no encuentra el valor para hacerlo. En ese momento es testigo del accidente de una motorista. La acompaña al hospital; la joven sufre amnesia y Jota aprovecha la ocasión para hacerse pasar por su novio. Le dice que su nombre es Lisa y se la lleva a un camping, en teoría para hacerle recuperar la memoria, pero en realidad con la intención de que nadie la encuentre allí y poder prolongar la mentira durante más tiempo.

Comentario:

Aunque tal vez esa no fuera la intención del director, La ardilla roja es uno de los estudios más brillantes que se han llevado a cabo en el cine español sobre el machismo y los juegos de poder a los que éste lleva en las relaciones de pareja. Los roles sexuales establecidos para ellos y para ellas llevan a hombre y mujer a competir y a mentirse en lugar de confiar el uno en el otro. La película muestra esta situación a partir de una pareja ficticia basada en el engaño y en una dominación masculina que no sabemos si es real o igualmente postiza.

Jota le miente a Lisa; aprovechando su amnesia se la lleva con él, la secuestra, aunque sea un rapto más o menos consentido, para intentar llevar a cabo la fantasía machista suprema: ser el Pigmalión total de su chica, inventarle un nombre (puesto que ella no se llama Lisa) y una personalidad, probablemente la misma, o tal vez la opuesta, que la de su novia anterior, con la que se obsesionó hasta encontrarse al borde del suicidio. Ella no recela y al principio acepta todo lo que él propone sin cuestionárselo, disfruta encarnando a su fantasía erótica.

Pero el juego del machismo es eso, un juego, en el que la mujer finge someterse para enganchar al hombre y tener poder sobre él. Casi desde el principio, Lisa da indicios de ser algo más que la víctima que finge ser; ni Jota ni el espectador tienen claro si su amnesia es real, así que el juego de la mentira es mutuo y los puestos de dominante y dominado se intercambian constantemente. Para reforzar la parábola, Medem introduce en el camping a otra pareja que sí representa el cliché del poder patriarcal: un marido déspota y un ama de casa llorona.

La pregunta ante La ardilla roja es hasta qué punto el personaje de Lisa, juguetona, sensual, manipuladora, aparentemente frágil pero en realidad más fuerte que los hombres, es un estereotipo machista intencionado o no, es decir, si Medem critica el machismo en su concepción de los personajes o cae en él. Aunque su condena del patriarcado tradicional es evidente, su postura respecto a la otra cara del machismo, el matriarcado típico de todo el norte de España con sus hombres desvalidos y dependientes de la mujer dulce pero en realidad dominante, es más ambigua, como lo es la relación de Lisa con Félix, el marido del que está huyendo, como nos enteraremos más tarde. ¿Quién de los dos es la víctima? ¿Él es un maltratador o ella una mujer fatal que enloquece a los hombres? ¿Quién gana y quién pierde en el juego del machismo? Sea como sea está claro que nadie, el final feliz de la historia sólo puede llegar cuando ambos se desembarazan de las mentiras y consiguen olvidar sus roles y confiar el uno en el otro.

Escenas destacadas:

  • Haciendo un ejercicio para recuperar la memoria, Lisa empieza a hablar de cosas que le gustan. Para estupefacción de Jota, empieza a llevar la conversación por derroteros subidos de tono dando detalles sobre cosas que le gusta hacer en la cama.
  • Félix, el marido de Lisa, la encuentra en el camping y viene a buscarla. Le dice que sin ella está sin vida, ni siquiera puede sangrar, y para demostrarlo se corta la cara con unas tijeras a la vista de todos los veraneantes.

Anécdotas:
  • Curiosamente, existe en la realidad un camping llamado La ardilla roja, como el de la película, y está situado cerca de la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias.
  • Su mala distribución y nula promoción la hicieron pasar muy desapercibida en taquilla. La reacción entre los críticos fue muy dispar, oscilando entre quienes la rechazaban violentamente y quienes la consideraban una de las obras más singulares y destacadas de esa época en el cine español. El tiempo les dio la razón a estos últimos: Julio Medem fue considerado un valor sobre el que merecía la pena apostar y no le faltarían los éxitos de taquilla más adelante.
  • Se presentó en el festival de Cannes fuera de la sección oficial, con relativo éxito. Consiguió unos cuantos premios de pequeña y mediana categoría, además de tres nominaciones a los Goya (mejor actriz, actriz secundaria y banda sonora, apartado en la que el hoy prestigioso Alberto Iglesias salió triunfador).

Sobre el director:

Julio Medem nace en San Sebastián en 1958. Estudia medicina, pero su interés acaba decantándose por la crítica de cine y posteriormente por la realización de modestos cortometrajes. Su opera prima Vacas (1992) supone una revolución estética y narrativa en el anquilosado cine español de esa época. Su audaz puesta en escena, basada en encuadres poco habituales que toman el punto de vista de la naturaleza, juegos con el montaje y un guión lleno de capas y metáforas, provoca reacciones enfrentadas entre la crítica. Su segunda película, La ardilla roja (1993), probablemente la mejor de su filmografía, es una inteligente sátira sobre el machismo a la vez que una inusual comedia romántica. Con Los amantes del círculo polar (1998) y Lucía y el sexo consigue por fin el éxito comercial y el reconocimiento como uno de los principales directores del cine español, aunque a costa de simplificar el contenido de sus películas. A continuación, en un sorprendente giro, decide dedicarse al documental político con La pelota vasca (2003), una película muy pobre a todos los niveles en comparación con su cine anterior, pero que sin embargo alcanza una gran taquilla a causa de la controversia que origina. En todo su cine - con la evidente excepción de La pelota vasca- la sensualidad está muy presente, sobrevolando las historias.